La evolución de un festival

Sangre.

Eso era lo que algunos querían ver durante la presentación del programa de actividades de la XIX Muestra de Cine en Guadalajara.

En vista de que los titulares de los medios están acaparados por los escándalos políticos y las camaritas sorpresa, algunos reporteros trataron de ponerle un cuatro a la gente de la Muestra de Guadalajara.

Sin embargo, este año la Muestra ya no es la misma.

Se percibe una clara evolución en los conceptos y las formas.

La visión del Patronato encabezado por Raúl Padilla y su directora Kenya Márquez va hacia la programación de lo más selecto del cine producido en Iberoamérica.

Ya no más dependencia hacia lo que haga o deje de hacer el cine mexicano.

La inestabilidad de la industria nacional ha puesto en jaque en más de una ocasión a la Muestra. A veces sin tener cosa decente que programar, otras, con un exceso de películas y las más de las ocasiones, haciendo magia por tener cintas mexicanas, sacándolas de quien sabe donde.

La Muestra de Guadalajara desde hace dos años, se fue transformando paulatinamente en un festival internacional, en un punto de encuentro entre los cineastas latinos, el lugar donde distribuidores y productores muestren sus productos en el mercado fílmico.

El cine mexicano no ha pasado a segundo plano.

Sigue siendo la estrella del evento. Tan es así, que este año el jurado de selección se puso más estricto con las cintas que conformaron la Sección Oficial Mexicana.

Es claro que la gente de la Muestra no quiere esperar a un mañana. El festival tiene que ser el de mayor influencia en el área y no iban a estar esperando otros 19 años a que el cine mexicano despertara de su letargo.

La Muestra de Guadalajara crece, evoluciona en el mismo tenor que otros festivales como Sundance, donde lo que antes era un foro para el cine independiente, ahora abriga propuestas de otras nacionalidades.

México necesita de un verdadero Festival Internacional de Cine y qué mejor usar los 19 años de trayectoria de la Muestra de Guadalajara para ofrecer un certamen que sirva a sus participantes en punta de lanza de sus películas.

Qué mejor forma de impulsar y darle importancia al cine mexicano que teniendo un foro de carácter internacional.

Los cineastas nacionales que tengan la mira puesta en Guadalajara, forzosamente tendrán la presión de hacer un producto de calidad que pueda estar a la altura del cine Iberoamericano que se exhibe en su respectiva sección competitiva.

Porque de eso se trata, de fomentar la competencia, el fluir de nuevas ideas, nuevas historias, nuevos cineastas.

Sería vergonzoso tener una competencia mexicana desigual, superada por las propuestas exhibidas en la sección Iberoamericana.

No hay que poner el grito en el cielo.

La Muestra no desaparece, evoluciona, por el bien del propio festival y del cine mexicano.

OBSESIONES EN CORTO

Los que se quedaron en el medioevo fueron nuestros censores de RTC, el grupo de personas conformado por amas de casa, profesionistas y estudiantes que clasifican las cintas que se exhibirán en cines. Resulta que tuvieron la puntada de ponerle clasificación “C” (mayores de 18 años) a “La Pasión de Cristo”. La gente de 20th Century Fox no sabe si reír, llorar o agarrarlos a sapes. Sólo en México se le clasificó para mayores de 18 años, pues en el resto de América Latina, incluso de Estados Unidos, hasta los menores de 16 años pueden entrar a las salas donde se exhibe la película dirigida por Mel Gibson. Si los libros tuvieran clasificación, seguramente la gente de Gobernación le pondría una “C” a la Biblia por pasarse de violenta. La pregunta ahora es para los exhibidores. ¿Qué harán con todos aquellos adolescentes que adquirieron sus boletos en la preventa? ¿Les negaran el acceso a la sala? Por cierto, todas las cadenas agotaron las funciones del viernes 19 de marzo *** Quienes si tendrán voz y voto en la Muestra de Guadalajara son los chiquitines. Por segundo año consecutivo habrá una sección con 6 largometrajes infantiles. Ellos mismos se encargarán de premiar a la mejor película. *** Los lamentables atentados en Madrid provocaron la suspensión de la premiere de “La mala educación” dirigida por Pedro Almodóvar. También muchos cines prefirieron cerrar sus puertas ante la falta de público. *