Arieles sin brillo

El martes por la noche se entregaron los Arieles.

Si a la Muestra de Guadalajara acudió la segunda plana del cine mexicano, en Bellas Artes la cosa estuvo igual de deprimente.

Una ceremonia gris, enmarcada por una fría y lluviosa noche.

La cereza en este desastre la puso la propia Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al regalar estatuillas al por mayor en algunos empates que dejaron mucho que desear.

Se quisieron ver “cuates” y lo único que terminaron por hacer fue partirle la mandarina en gajitos a un evento que pasa inadvertido en los medios y al que francamente no le importa a nadie.

La ganadora de la noche fue “Nicotina” con seis estatuillas entre ellas las que destacan Mejor Actor (Rafael Inclán) y Actriz (Rosa María Bianchi) y Mejor Coactuación Masculina (Daniel Giménez Cacho), seguida de “Zurdo” con cuatro.

Mientras tanto, el Mejor Largometraje documental fue para “La Canción del Pulque” de Everardo González, mientras que en la categoría de Mejor Documental fue premiado “Lo que Quedó de Pancho” de Amir Galván.

”Japón” fue condecorada como Mejor Ópera Prima, mientras que el corto “Los No Invitados” de Ernesto Contreras, ganó el Mejor Cortometraje de Ficción.

Los “regalos” ocurrieron en las categorías de: Mejor Música Compuesta para Cine (“Vera” y “Zurdo”), Mejor Guión Original (“Nicotina” y “Japón”) y un triple empate en Mejor Sonido (“Mil nubes de paz cercan el cielo”, “Nicotina” y “Zurdo”).

Pero lo bueno no queda ahí. Nuestros académicos tuvieron la excelente puntada de regalarle a “El misterio del Trinidad” los Arieles de Mejor Película y Mejor Director. ¿Cómo la ven?

Si en España, la gente no se explicaba cómo rayos quedó en la terna del Goya como Mejor Cinta extranjera, puesto que la consideraban terriblemente lenta y aburrida, la noche del martes nomás faltó que le entregaran el premio de mejor actor a Eduardo Palomo.

Es cierto que en gustos se rompen géneros y es cierto también que no había mucho para premiar en los Arieles, pero con esos premios, ¿Cómo confiar en la máxima entrega de reconocimientos al cine mexicano y no pensar que hubo mano negra?

Las ocurrencias no pararon ahí.

Diana Bracho, presidenta de la Academia, anunció con bombo y platillo un acuerdo de colaboración académico entre el organismo que dirige y la Universidad Nacional Autónoma de México con la cual se desarrollarán la investigación, promoción, difusión y defensa del cine.

Tal vez ese acuerdo sea para darle un poco de vida a la susodicha Academia, porque la UNAM no lo necesita. La investigación, promoción, difusión y conservación del cine lo viene haciendo exitosamente desde hace varias décadas por medio de la Filmoteca y el CUEC.

Si la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas va a financiar (¿de donde?) y apoyar los proyectos de largometrajes de cineastas del CUEC, perfecto, de otra manera dicho acuerdo no tiene mucho sentido.

Lo que es un hecho es que el siguiente año, si no hay alguna sorpresita desagradable por ahí, estaremos viendo pelearse los Arieles a “El malboro y el cucú”, “Temporada de Patos”, “Puños Rosas” y “Un día sin mexicanos”, cintas que se estrenarán en los siguientes meses.

¿Algún día regresará la gloria y el glamour que caracterizaba la entrega del Ariel?


OBSESIONES EN CORTO

El día de hoy, Columbia Pictures estrena en la cartelera norteamericana “Hellboy”, cinta del cineasta mexicano Guillermo del Toro. La película tuvo un costo de 60 millones de dólares. Teniendo en los roles protagónicos a Ron Perlman, Selma Blair, John Hurt, Doug Jones y Rupert Evans, “Hellboy” es una película de acción y aventuras sobrenaturales basada en la tira cómica de Mike Mignola. *** “Hellboy”, es una de las historietas más bizarras de los últimos tiempos. Para empezar el héroe no es el clásico galancito con superpoderes o el nerd que de pronto se encuentra trepando paredes. “Hellboy” es un demonio en toda la extensión de la palabra. Invocado por los nazis en los últimos suspiros de la Segunda Guerra Mundial, con esperanza de contar con su ayuda, el diablito, mitad humano, mitad demonio, fue encontrado en una iglesia de Inglaterra por los aliados que, tras nombrarlo como Hellboy, lo trasladaron a Nuevo México, lugar donde fue criado y educado como un niño normal y corriente. Después, el chico encausaría sus naturales dotes demoníacos al servicio de la Agencia de Defensa e Investigación Paranormal, desde la cual se dedica a investigar sucesos sobrenaturales por todo el planeta. *** Este reportero hace una pausa en sus obsesiones y anuncia que se va de retiro espiritual a algún rincón del Pacífico mexicano, pero promete regresar el 14 de abril con una dosis corregida y aumentada de delirios cinematográficos.*

Correspondencia con esta viajera columna:

obsesionesmx@yahoo.com.mx