Harry Potter y el prisionero de Azkaban




El excelso realismo mágico de Alfonso Cuarón -mostrado en “Grandes Esperanzas” y “La Princesita”- combinado con los poderes del niño mago, ha dado como resultado una película madura, fresca e intensa.

El clima formal impuesto por Chris Columbus, director de las dos primeras entregas de la saga, se ve invadido esta vez por una atmósfera más relajada, con un sugestivo y picaresco tono adolescente que le impuso la mirada de Cuarón.

Aquí nuestro mago favorito huye de casa de sus insoportables tíos para regresar a Hogwarts, donde como él, sus compañeros (y los actores que los encarnan) ya llegaron a la pubertad.

En esta ocasión, Harry (Daniel Radcliffe) debe enfrentarse con algo más que compañeros abusivos o maestros malvados: tiene por delante vencer sus más oscuros temores, esos que le recuerdan que alguien ayudó al temible Lord Voldemort a aniquilar a sus padres

Las rebeldías y actitudes propias de un adolescente son mitigadas repentinamente por una noticia atroz: el peor criminal del mundo de la magia acaba de fugarse la prisión de Azkaban, aparentemente para asesinar a Harry.

El realizador, se da cuenta de que se está dirigiendo a personas que conocen la historia del joven Potter y sus amigos.

Por eso no reitera explicaciones de personajes o situaciones. De hecho, consume poco tiempo en la introducción y se dedica a plantear la historia, que en definitiva es un capítulo más en la vida del pequeño aprendiz de mago.

Cuarón obviamente hace espacio para mostrar otras cosas, en especial la aparición de un hipogrifo (una cruza entre caballo y ave de rapiña), logrando inteligentemente, que todo esté al servicio de la trama principal, siendo éste su mayor acierto.

La acción por momentos es bastante pausada, restándole ritmo al conjunto y eso recuerda el compás más escalonado de las de Columbus (si bien fueron filmes más largos).

De las actuaciones, poco se puede decir, ya que el elenco estable de la serie (Radcliffe, Emma Watson como Hermione y Rupert Grint como Ron) cumple con su labor, aunque sin despuntar.

Las virtudes alcanzan a notables actores como Maggie Smith, Robbie Coltrane, Julie Walters, David Thewlis y Timothy Spall, a los que se suman la inefable Emma Thompson y Michael Gambon en el papel que fue de Richard Harris.

Hasta la música de John Williams, habitual colaborador de Steven Spielberg y de Zemeckis, se deja llevar por expresivas melodías, juegos sonoros y pasajes de una libertad que parecen de otro tiempo del cine.

Vale estacar que quien no haya visto las dos cintas anteriores ("La piedra filosofal" y "La cámara secreta") quizás se sienta perdido por todo lo que ocurre en pantalla. Pero esto no es un defecto de Cuarón, sino que es por obra de la saga creada por Rowlins.

"Harry Potter y el prisionero de Azkaban" es una película menos extensa que las anteriores y también es más profunda en varios sentidos (lidia con varios sentimientos de sus protagonistas adolescentes).

Si bien los caracteres se conservan y el insufrible Draco (Tom Felton) es el soberbio de siempre, otros personajes, como el profesor Snape (Alan Rickman), el hombre-rata Peter Pettigrew (Timothy Spall) y aun el sospechoso Sirius Black (Gary Oldman), adquieren una dualidad aleccionadora.

No hay buenos ni malos totales en el filme, y eso constituye, evidentemente, una de las premisas del guión de Steve Kloves ("Wonder Boys"), quien no escatima detalles inteligentes en su relato, que incluso en su final inesperado tiene una espontaneidad antes desconocida.

El ímpetu juvenil incluye juegos con el tiempo, muy en el estilo de "Volver al futuro" (Robert Zemeckis, 1985), los cuales solucionan muertes indeseadas, además no podría faltar el absurdo deporte que se juega en escobas voladoras, celebrado bajo la lluvia.

“El prisionero de Azkaban” revela secretos del pasado de su protagonista y guarda en la manga un villano mayor, encarnado por un siempre terrorífico e impecable Gary Oldman en su papel del perverso Sirius Black.

Pero nada es lo que parece en el mundo de la magia y Cuarón demuestra una intuición sorprendente al saber llevar muy bien las riendas de una trama llena de vueltas de tuerca, que confunden pero también explican muy bien todo, dándose el lujo de adelantar detalles y desatando toda clase de preguntas de ésas que sólo se podrán explicar en los capítulos aún por venir.

Nuestra Opinión: @@@

Harry Potter y el prisionero de Azkaban
(Harry Potter and the prisoner of Azkaban, Estados Unidos, 2004)
Dirección: Alfonso Cuarón
Guión: Steve Kloves, sobre la novela homónima de J.K. Rowling
Fotografía: Michael Seresin
Música: John Williams
Con: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Gary Oldman, Richard Griffiths, Tom Felton, Alan Rickman, Emma Thompson, Robbie Coltrane, Julie Walters y Michael Gambon
Distribución en México: Warner Bros
Duración: 142 minutos
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta malévola columna:

obsesionesmx@yahoo.com.mx

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