Buen sabor de boca deja el Morelia Film Fest

- En su segunda edición se convierte en auténtica pasarela del cine mexicano
- Nueve días de excesos cinematográficos colmados por estrellas de talla mundial
- Arrasan largometrajes mexicanos con los comentarios de la crítica y el aplauso del público


Por: Victor Omar Uribe / Enviado

Morelia, Michoacán.- La segunda edición del Festival Internacional de Cine de Morelia fue un verdadero éxito.

Lo dicen los organizadores, lo comenta la prensa, lo avala la comunidad cinematográfica que hizo acto de presencia, pero sobre todo, lo confirman las funciones agotadas a lo largo del festival por parte del público michoacano.

Y es que aunque usted no lo crea, el Morelia Film Fest, a dos años de su nacimiento, se convirtió en la moda, en un evento social y cultural entre los habitantes de Morelia.

En Morelia era difícil que alguien no estuviera enterado del festival.

Taxistas, comerciantes, prestadores de servicios, oficinistas, estudiantes, amas de casa. Todos sabían del evento.

Y ello se demostraba en las salas a reventar, con el detalle de que eran días laborales y el cine estaba abierto desde antes del medio día hasta pasada la media noche.

El público acudió en masa a ver cine, sin importar género o país de procedencia. Lo mismo las salas destinadas al documental, a los cortos michoacanos, a la Semana de la Crítica en Cannes, las películas en preestreno o los ciclos homenaje.

La pelea en las taquillas del Cinépolis Morelia Centro por conseguir una entrada fue prácticamente a muerte.

En algunos casos resultó que muchos “invitados especiales” (actores, productores, realizadores) los cuales tenían prioridad de acceso, tuvieron que quedarse con las ganas de ver alguna película porque las 5 salas del complejo estuvieron siempre a reventar.

Cuando un festival trasciende de los medios a la población, está del otro lado.

El Festival de Morelia ha provocado una insaciable sed de cine entre los cinéfilos de la ciudad que ya quisieran otros festivales latinoamericanos.

Pero sobre todo, más allá del éxito, el Morelia Film Fest logró posicionarse de inmediato en el escaparate de la nueva camada de cineastas mexicanos, aquellos que no son tomados por el protocolo oficial de la Muestra de Guadalajara o de otros que ven diluida su voz en la exhuberancia de trabajos internacionales de Expresión en Corto.

El Festival Internacional de Cine de Morelia se confirma como el foro para dar a conocer las ideas, propuestas e inquietudes de los cortometrajistas y documentalistas mexicanos, además de ser el único espacio en su género en acercar a los ya consagrados para orientar a los que recién comienzan en el mundo del cine.

Porque la invitación a figuras como Manoel de Oliveira, Gus Van Sant, Luis Mandoki, Carlos Carrera o Barbet Schroeder fue precisamente para que tuvieran un acercamiento con los jóvenes cineastas, idea que ha dado estupendos resultados desde la primera edición.

El Morelia Film Fest dejó de ser un interesante prospecto para convertirse en generador de oxígeno fresco para el cine mexicano.

Si los organizadores se ponen las pilas y pulen algunos detallitos que andan dando lata por ahí, podrían terminar de consolidar muy pronto al Morelia Film Fest como punto de referencia obligado para el cine mexicano y vínculo estratégico con otras cinematografías.

INTERMEDIO

I.- Fue terrible y decepcionante lo visto en los largometrajes internacionales en exhibición del festival.

La gran mayoría de las cintas proyectadas tuvieron como punto en común una visión pesimista y nada esperanzadora del mundo.

En los años que llevo cubriendo la fuente de cine, no me había tocado ver más de 10 películas al hilo (de reciente producción) con esas características.

Películas bien hechas, con grandes actuaciones, pero con temáticas francamente deprimentes donde el mensaje es claro y sin rodeos: la vida apesta.

Lo preocupante, es que son temas que rebasan la ficción. Vivencias que tienen que soportar millones de personas diariamente.

Desde los sobrevivientes de guerras que nuevamente tienen que soportar holocaustos, hasta los inmigrantes que salen de su país en busca de un mejor horizonte y que al final termina yéndoles peor.

Los curadores del certamen se sacaron un diez al reunir esta visión tan cruel y desesperanzadora que ya contagió al ambiente cinematográfico.

Ojalá alguien del festival pudiera contactarse a la brevedad con este reportero para acordar la forma en que serán financiadas mis terapias.

II.- Lo que más gustó del festival fueron sin duda las películas mexicanas. La gente se divirtió y aplaudió a rabiar “Temporada de Patos”, “Cuatro labios”, “Conejo en la Luna”, “Cero y van Cuatro”, “Huapango” y la representante de México para el Oscar “Voces Inocentes”.

El público moreliano demostró las ganas por ver cine mexicano entretenido y de calidad al sobresaturar las salas cuando se exhibía cine mexicano.

Desde luego, todas las cintas fueron doblemente aplaudidas al escuchar de viva voz las peripecias de sus realizadores y protagonistas.

III.- La desolación de los pueblos de Europa Occidental ante el fenómeno de la inmigración en “Vodka Lemon”; “Tarnation” la cruel y conmovedora historia del cineasta Jonathan Caouette retratada en un insólito documental autobiográfico conformado con videograbaciones hechas desde su infancia hasta la actualidad; “Evil” la visión de Mikael Häfström sobre una juventud rebelde que busca reivindicarse; “Japanese Story” dos personas llevadas a una situación extrema donde tendrán que tomar decisiones de vida o muerte; la forma en que los vacío legales pueden destruir vidas en “ House of Sand and Fog”; “Around the Bend”, cuatro generaciones de varones recordando los años dorados de sus vidas, “The Machinist” mezcla de “Memento” y las atmósferas más sordidas de Hitchcock y la Dimensión Desconocida”; las jugarretas de la buena y mala suerte en un casino de Las Vegas en “The Cooler”; “Super Size Me”: un cineasta filmar un experimento: comer tres veces al día durante un mes en Mc Donalds. Los resultados son catastróficos; “Hero” une epopeya al estilo de “El Tigre y el Dragón”, fueron las cintas que dejaron grata huella entre la prensa y público asistente al festival.

IV.- Atrás dejamos largas tertulias cinematográficas, las veladas de dominó, una excelente gastronomía y la belleza de la mujer moreliana.

Mientras en plan sadomasoquista hacemos el recuento de los daños y a la vez nos frotamos las manos en espera de una tercera edición que sin duda volverá a dejarnos boquiabiertos, los dejamos con los orgullosos ganadores de las secciones oficiales dedicadas exclusivamente al cine mexicano.

El palmarés del II Festival Internacional de Cine de Morelia quedó conformado de la siguiente manera:

Reconocimiento a Jesús Flores Ortiz por su destacada e invaluable trayectoria como proyeccionista.

Primer concurso michoacano de guión de cortometraje (ganadores ex aequo): "Natalia en vilo" (Antonio Monter Rodríguez), "Pero yo te amo" (José María Cázarez Rosales) y "Recuerdos de un michoacano" (Silvia Hernández Tort).

El jurado en esta categoría estuvo conformado por Bruno Bichir, Guillermo Arriaga y Alejandro Lubezki.

- Premios del Público

Mejor cortometraje michoacano: “Hidalgo, municipio con historia” (Tomás Pérez, Pavel Rodríguez y Gildardo Vega). Mejor cortometraje en competencia: “Te apuesto y te gano”(Alejandra Sánchez Orozco).
Mejor corto documental: “Mi tierra caliente” (Omar González).
Mejor largo documental: “Los niños de Morelia”(Juan Pablo Villaseñor).
Mejor largometraje: “Hero”(Zhang Yimou). Mejor corto michoacano: “Bio-Bit” (Manuel Cisneros).

Miembros del Jurado: José Quintanilla, Alex Rivera, Lázaro Alexis Venereo.

- Documental en Competencia:

Mención de honor: “Relatos desde el encierro” (Guadalupe Miranda).
Mejor documental: “Trópico de cáncer” (Eugenio Polgovsky).

El Jurado estuvo conformado por: José María Escriche, Jesse Lerner, María-Christina Villaseñor.

- Cortometraje en Competencia:

Mención especial: “33 ½”(Aaron Soto).
Premio especial del Jurado, “Mariposa monarca”: “Los elefantes nunca olvidan” (Lorenzo Vigas). Mejor corto de animación: “De raíz”(Carlos Carrera).
Mejor corto documental: “Bendita muerte” (Mario Trueba, Alejandro Jiménez y Erika Mercado).
1er lugar corto experimental: “Tlahuelpuchi” (Fabiola del Carmen Ramos).
1er lugar corto ficción: “El pasajero” (Matias Meyer).

Jurado: Diana Bracho, José María Prado, Franchie Gavelle.

Correspondencia con esta festivalera columna:

obsesionesmx@yahoo.com.mx



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