La Nueva Gran Estafa



Era muy normal que “Ocean´s Eleven”, cuyo costo fue de 85 millones de dólares y sólo en Estados Unidos recaudó la cifra de 184 millones (obteniendo otros 260 milloncitos en el resto del mundo), tuviera una secuela, ahora con el título “Ocean´s Twelve”, al sumarse un miembro más a la banda.

Treinta y seis meses después de cometer uno de los robos más audaces de la historia, los integrantes del equipo liderado por Danny Ocean (George Clooney) se esfuerzan por llevar una vida normal y no levantar demasiadas sospechas.

Este precario equilibrio se hace añicos cuando alguien revela el paradero de cada uno de ellos al dueño del casino de Las Vegas en el que se cometió el atraco.

A pesar de que su seguro cubrió las pérdidas por el intrépido robo, Terry Benedict (Andy García) exigirá que le devuelvan los 160 millones de dólares robados de una manera cuanto menos peculiar: llevando a cabo una serie de golpes en diferentes ciudades europeas.

En esta curiosa secuela edificada graciosamente sobre la nada (muy al estilo de “Seinfeld”), los personajes hablan acerca de la diferencia entre simpatía y empatía, bailan capoeira bajo el influjo de los rayos láser y roban cosas falsas o verdaderas contando sus secretos como si fueran un cuento chino.


© Warner Bros

“Ocean's Twelve” se parece a todo menos a “Ocean's Eleven”: sus dos horas parecen una gran, entretenida excusa para reunir a un montón de caras bonitas en un desfile del jet set hollywoodense, que saben que buena parte de su trabajo consiste en representar visualmente la idea de vacío en movimiento o, en su defecto, la idea de una diversión que se justifica a sí misma sin pedirle perdón al público.

El balance de poder de la pirámide de estrellas está distribuido de una manera completamente diferente al primer filme.

La película anterior giraba principalmente alrededor de George Clooney, mientras que la trama de la secuela está construida alrededor del personaje de Brad Pitt.

A diferencia de Clooney, que utilizó el primer filme para consagrarse como estrella de cine, Pitt aprovecha cualquier oportunidad que tiene en este filme para parodiar su imagen como astro de la pantalla grande.

Como su pareja romántica, Catherine Zeta-Jones se destaca en un papel que explota su inteligencia como actriz y no sus atributos como icono de belleza.

Aunque Pitt y Zeta-Jones son las figuras centrales, los mejores momentos del filme le pertenecen a Matt Damon y a Julia Roberts.

Damon consistentemente se roba todas las escenas en las que participa con una interpretación diseñada para destruir la imagen de súper espía que ha creado en los filmes de "Jason Bourne" (The Bourne Identity y The Bourne Supremacy), mientras que Roberts se burla de su credibilidad como actriz y sale airosa en una divertidísima secuencia de farsa que evoca el espíritu travieso y sagaz de Federico Fellini.

Pero, ¿Qué hay debajo de la trama de “Ocean´s Twelve”?




© Warner Bros
Como habíamos dicho anteriormente, nada

“Ocean's Twelve” no cuenta absolutamente nada.

Ni siquiera se esfuerza en describir la perfección tecnológica de un robo a gran escala porque su finalidad es otra: definir en qué consiste realizar una producción lujosa que reúna buena parte del “star system” de Hollywood y reírse de ello.

En realidad, Soderbergh, que no tiene un pelo de tonto, ha filmado un producto vacío pero efectivo, vendiéndolo como el último grito en “glamour” norteamericano fácilmente consumible.
Por una parte, “Ocean's Twelve” parece un reportaje de moda extraído de las páginas centrales de Vanity Fair: da la sensación que cada plano está diseñado por la estilista más “fashion” –deberíamos decir “el” mejor estilista: el director de fotografía es el propio Soderbergh bajo su sempiterno seudónimo, Peter Andrews–, la música de David Holmes le da un tono “groovy” y setentero, y la interpretación del elenco al completo, apoyada por el espléndido vestuario de Milena Canonero, tiene ese aire entre indiferente, lúdico e indolente que exhiben los modelos de los catálogos de Armani o Hugo Boss.
© Warner Bros

Pero por otra parte, la película parece una inteligente broma pesada.

En ese sentido, que uno de sus “gags” más afortunados consista en que Julia Roberts tenga que interpretarse a sí misma, ofreciendo una divertida parodia de una estrella no sólo acosada por fans y publicistas sino también por sus propios amigos –un memorable cameo de Bruce Willis– es una brillantísima estrategia para revelar la nimiedad del “star system” y por extensión, de un Hollywood que sigue dependiendo de la fama para defender su reino.

Y su reino es un castillo edificado sobre nubes de helio: el diálogo sin sentido que mantienen Clooney, Pitt, Damon y Coltrane en una cafetería resume con simpática elegancia un elogio al vacío mucho más atrevido de lo que parece y, sobre todo, mucho más entretenido que la media de películas producidas por Hollywood a lo largo del año.

“Ocean's Twelve” entretiene, fluye extraordinariamente bien, satisface el afán de tantos espectadores por ver a sus estrellas favoritas y permite deleitarse con la maleabilidad de su director, que intenta el filme de robos y a venturas internacionales con la misma creatividad fílmica desarrollada en su filme de inicio de carrera, “Sex, Lies and Videotape”.

Nuestra Opinión: @@@

La nueva gran estafa
(Ocean’s Twelve, Estados Unidos 2004)
Director: Steven Soderbergh
Guión: George Nolfi; basado en los personajes creados por Geroge Clayton Johnson y Jack Golden Russell
Música: David Holmes
Fotografía: Peter Andrews
Con: George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Catherine Zeta-Jones, Andy Garcia, Don Cheadle, Bernie Mac, Julia Roberts, Casey Affleck, Scott Caan, Vincent Cassel
Duración: 120 minutos
Distribución en México: Warner Bros
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta fashion columna:

codigocine@yahoo.com

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