Puños Rosas



Para Beto Gómez el mundo marginal de narcos y mafiosos no le es tan ajeno.

Nació en Culiacán en 1969, aunque vivió parte de su adolescencia en Matamoros. Beto comenta medio en broma, medio en serio, que si no fuera cineasta seguramente estaría con una pistola dando de tiros.

No fue precisamente un niño normal. Mientras sus amiguitos se la pasaban jugando, él prefería estar en el cine. Jamás pensó dedicarse al celuloide, pero lo disfrutaba enormemente viendo toda clase de películas. Su incursión en el séptimo arte fue diferente y con algo de suerte.

“No tuve que empezar a hacer cortometrajes, tal y como se acostumbra en México.

Simplemente un día me emocioné, quise agarrar una cámara para ver lo que se sentía, junté a los amigos y fue un proceso de aprendizaje sobre la marcha.”

Beto Gómez es una persona reservada. Tanto, que ni siquiera le ha interesado relacionarse ni por conveniencia propia con la gente de la industria.

“No vivo en la capital del país, no conozco a mucha gente. Mi vida común no gira entorno al cine o a los medios. Simplemente una vez que estuve dentro, busqué la manera de tratar de ir levantando proyectos como puedo. He aprendido a respetar a los cineastas porque realmente es muy difícil concretar los proyectos”.


Beto Gómez en el rodaje de Puños Rosas

“Puños Rosas” cuenta la historia de Germán Corona (José Yenque) y Jimmy Morales (Rodrigo Oviedo) personas que emprenden batallas personales de manera independiente, pero de forma simultánea.

El primero como mafioso fronterizo y el segundo en un ring donde lo que está en juego es el orgullo, la supremacía sobre sus contricantes.

Por una mala jugada del destino, los dos protagonistas se reúnen en una cárcel de Matamoros, Tamaulipas, donde surge una atracción, una amistad peculiar o un amor que no necesariamente puede ser considerado como homosexual.

Sobre “Puños Rosas”, el realizador mexicano dice que tiene ese folclor de road movie, western mexicano y una contención que finalmente explota.

“Quería manejar ese lado humano que muchas veces desconoce el mundo de la frontera. Es una vida dura, complicada. A mí me interesaba mostrar lo difícil que es sacar un arma y matar a alguien, hacer algo anti cinematográfico. Porque muchas veces cuando estás en una balacera en 30 segundos todo valió madre. Es una película de boxeadores de la vida, que habla de eso, de mantenerte de pie, de aguantar el round.”


© Videocine

Beto Gómez evitó a toda costa caer en los lugares comunes del género, donde hay buenos y malos, siempre se hace justicia, a la vez de filmar algo más realista y humano.

“Siempre he sido un gran fanático de las películas de gangsters, ¿porqué no hacer algo así en México? Nunca se ha podido o cuando se hacen siempre son películas de mafiosos con camionetas de lujo y balazos a lo tonto.

Tenía el propósito de lograr algo con lo que nos pudiéramos sentir identificados como personas comunes y corrientes, donde finalmente se hable de los valores como la amistad, el amor, la fidelidad, la misma traición.

Ese fue el reto más importante para mí.

Que no se convirtiera en una caricatura de frontera, sino que te emocionara, que te estremeciera.”

“Puños Rosas” aborda el tema de la violencia, de las carencias, del deseo de la gente por salir adelante, pero no deja de lado los sentimientos.

“Finalmente este guión es una historia de amor. El amor entre familias, entre esposo y esposa y amor de todos los niveles, amor entre amigos o un amor obsesivo”, acota Gómez

En “Puños Rosas” hay elementos sacados de la vida real, aunque Beto Gómez decidió dejar las moralejas de lado.


© Videocine

“Tengo un amigo de Sinaloa que cuando era niño lo llenaron de balazos. Y claro que podía hablar, pero era tanto su consternación y su dolor que no lo hacía.

Por eso en la cinta hay alguien como “Chanoc” (Kandido Uranga) un personaje que sufre un trauma parecido y deja de hablar. Hay mucho dolor detrás de todo esto. Por otro lado, no quise profundizar demasiado.

Más bien me preocupé en crear una reflexión propia, que el espectador vea lo que quiera ver a través de esta historia”.

El tercer largometraje de Beto Gómez encontró el respaldo de una distribuidora grande que le permitirá tener una mayor penetración en cartelera comercial, a diferencia de sus otros trabajos que son prácticamente desconocidos.

Beto Gómez no tiene reproches para sus productores. Lo llamaron para hacer el cine que el sabía hacer.

“Agradezco mucho la oportunidad que me dio Eckehardt Von Damm, de hacer un cine de estas características que no es el sello de la casa de Videocine. Por supuesto que es un sello más personal, mas de autor por así llamarlo.”

La cinta de Gómez es una producción de Videocine, Plural Entertainment y Fidecine.


© Videocine

El rodaje se realizó a lo largo de dos meses en locaciones de la ciudad fronteriza de Matamoros como las calles del centro, el Centro de Readaptación Social y en la arena de box y lucha libre “Lic. Jesús Vega Sánchez”, la cual restauraron y en la que construyeron butacas.

Una de las cuestiones más complicadas para el director fue filmar en escenarios reales, como la cárcel.

Durante el rodaje, Matamoros vivía un fuerte enfrentamiento entre el cártel del Golfo y otros cárteles y cada día amanecían con la noticia de un muertito nuevo, como recordó Gómez.

Sin embargo, está agradecido por el apoyo que le brindaron a su equipo de filmación para trabajar lo más seguro posible y por la disposición de los actores para trabajar en condiciones extremas, en medio de un calor sofocante, sin privilegios ni tratos de estrellas.

Otro de los retos para el director y también guionista de “Puños Rosas”, fue la transformación física de algunos de los actores, caso de Adal Ramones quien usa barba, bigote, el cabello largo y rizado para personificar al licenciado Alvaro.

La cinta de 2.2 millones de dólares está protagonizada por Cecilia Suárez, Rodrigo Oviedo, Adal Ramones, Isela Vega, Jesús Ochoa, Omar Chaparro, el neoyorquino José Yenque, Randy Vázquez, Eduardo España y Roberto Espejo (con una entrañable caracterización como “lola”).

Al igual que sus personajes, Beto Gómez se considera mafioso. Para él, el valor de la amistad y de la familia es muy fuerte; lo invaluable que es, después de tener un arduo trabajo, estar con la gente que ama, mirarla a los ojos y tomarse una cerveza.


Beto Gómez con parte del elenco de la cinta. Foto: Victor Bustos

Al director no le importa no haber visto un solo peso de sus dos cintas anteriores (El agujero, El Sueño del Caimán) el dinero es lo de menos.

Su único deseo es que la gente conozca la peculiar belleza de la frontera mexicana que lo vio crecer.

“Puños Rosas” es una apuesta honesta y valiente en pantalla, muy diferente a las insulsas comedias mostradas en el cine mexicano.

Algunos pseudocríticos de poco criterio además de hablar mal de la cinta, han querido catalogarla como “cine gay” (¿Y si así fuera? ¿Cuál es el problema?) sólo por tener un pequeño subtexto homosexual.

“Puños Rosas” es una película con influencias chicanas que habla sobre la corrupción, el panorama desolador en la vida de un grupo de personas que viven en la frontera mexicana.

Es una cinta diferente, llena de atmósferas que incomoda por su ultrajante realismo.

Nuestra Opinión: @@@

Puños Rosas
(México 2004)
Director: Beto Gómez
Guión: Beto Gómez y Alfonso Suárez
Música: Gerardo Enciso
Fotografía: Héctor Osuna
Con: Jose Yenque, Rodrigo Oviedo, Roberto Espejo, Isela Vega, Cecilia Suárez, Adal Ramones, Kandido Uranga, Eduardo España, Randy Vázquez, Jaime Camil, Omar Chaparro, Jesús Ochoa
Duración: 100 minutos
Distribución en México: Videocine
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta marginal columna:

codigocine@yahoo.com

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