Reencarnación



Después de habernos recetado varias veces el que fuera uno de los trailers más proyectados en los cines mexicanos al menos en los últimos meses, todo indicaba que Nicole Kidman se había metido en el típico producto hollywoodense que pretende recoger y alimentarse de las migajas dejadas por “El sexto sentido”.

Luego de varios años después de la repentina muerte de su amado marido Sean, Anna (Nicole Kidman) está preparada para superar su pérdida y empezar una nueva vida.

Ha aceptado casarse con Joseph (Danny Huston). Un hombre que puede ofrecerle estabilidad en su vida.

Una noche se reúnen amigos y parientes para celebrar la fiesta de compromiso de Anna y Joseph. En ella se presenta por sorpresa un adolescente de apenas 10 años (Cameron Bright), quien pide hablar en privado con Anna.

El chico declara que es su difunto marido Sean.

Asombrada y enfadada, Anna queda desconcertada.



La intromisión de Sean en la vida de Anna produce reacciones diversas en su familia.

Sin embargo Anna empieza a creerle.

Aunque no puede negar que es todo muy extraño se siente cada vez más atraída hacia el niño y está dispuesta a ir en contra de todos

¿Es realmente posible que el pequeño sea el marido de Anna, vuelto a la vida?

“Reencarnación” no tiene nada que ver con “Los otros” ni con la ya antes citada “El sexto sentido”, salvo la aparición de un chavito con cara de pocos amigos que quiere quedarse con su amada a cualquier precio.

A pesar de que quieran hacernos creer que estamos ante una cinta de miedo, la cinta de Jonathan Glazer (“Sexy Beast”) apenas coquetea con el cine fantástico, decantándose por el drama y el suspenso.

Si tiene un valor la cinta, es el de salirse de la norma y ofrecer casi lo contrario de lo que puede esperarse de un producto con estas premisas: historia sobrenatural y una de esas situaciones poco creíbles que pueden dar lugar tanto al terror como la comedia.



En la cinta, lo que marca la diferencia de cualquier otra es el nombre de su director: Jonathan Glazer, autor de la muy polémica “Sexy Beast”, que produjo tantos fervores como odios.

Al igual que en su exitosa ópera prima, Jonathan Glazer vuelve a salirse de los cánones logrando crear una tensión y un climax inquietante, apagando cualquier posibilidad de que ese planteamiento resulte ridículo.

Lo peor es que, una vez conseguido ese climax, con una realización muy peculiar, no sabe qué hacer con él: la salida es difícil y no elige un camino muy convincente.

Glazer se apoya en el magnetismo de Nicole Kidman, pero a veces se pasa: larguísimos planos de su rostro inmóvil dicen mucho de la capacidad de la Kidman para enfrentarse a la cámara, pero aportan poco al desarrollo de una historia que no va mucho más allá de esa fascinación que la mujer siente por el convencimiento del niño (o antiguo marido, según se mire) enamorado.

Aún así, el director fue cuidadoso en los elementos que rodean a la historia, con un peculiar lenguaje visual que ayuda a darle más trasfondo.

Para aumentar el contraste, el “nuevo” Sean vive en una familia de clase baja, mientras Anna es una mujer adulta y de familia adinerada.

Otro subterfugio recurrente es la nieve, que actúa como metáfora de la congelación y el paso del tiempo.



Harris Savides -también director de fotografía de “Seven”-, dota a la película de una atmósfera irreal, melancólica y fría como un sepulcro en el invierno neoyorquino contrastando con expresivos claroscuros para los interiores y una luz gélida, para los exteriores.

Glazer se apunta, como en “Sexy Beast”, a las escenas políticamente incorrectas: la Kidman y el niño compartiendo el agua de la bañera, que ha provocado protestas por la supuesta pederastía que puede tener la escena.

Aunque desde luego, no es para tanto, tomando en cuenta que esas voces de ultraderecha seguramente no han visto las películas de Larry Clark. De ahí que no extraña que sea solo una estrategia publicitaria.

Si algo no funciona del todo en “Birth” es el guión escrito por Jean Claude Carriere -quien lo mismo ha trabajado para Polanski que para Buñuel- y Milo Addica, autor del guión de “Monster's Ball”.

En esta ocasión el guión no crece más allá de la anécdota central, no ofrece salidas para sus personajes por lo que la historia se va diluyendo mientras el ritmo se viene abajo poco a poco, dejando al descubierto el esqueleto de una propuesta de grandes pretensiones para la que hacían falta mejores y más afinados instrumentos.

La cinta se queda justo en una sucesión de intensas atmósferas que van del trágico romanticismo a un subyugante misterio casi místico.

Pero tantas emociones contradictorias provocadas por una obra igualmente desconcertante valen bien la pena para deleitarse con la presencia de Nicole Kidman, quien en esta ocasión logra una asombrosa transparencia emocional, volviendo a demostrar la facilidad que tiene para cambiar su registro de una película a otra y de su gran talento interpretativo.

Para aquellos con el corazón partido, la película los cautivará fácilmente con elementos muy sencillos: la vida, la muerte, el amor, el recuerdo y la esperanza.

Nuestra Opinión: @@1/2

Reencarnación
(Birth, Estados Unidos 2004)
Dirección: Jonathan Glazer
Guión: Jean-Claude Carrière, Milo Addica y Jonathan Glazer
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Harris Savides
Con: Nicole Kidman, Lauren Bacall, Danny Huston, Anne Heche, Cameron Bright
Duración: 100 minutos
Distribución en México: Artecinema
Estreno: 1 abril
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta reencarnada columna:

codigocine@yahoo.com



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