Saw, Juego Macabro



James Wan (director) y Leigh Whannell (guionista y actor) no tienen ni 30 años. A pesar de su juventud, estos chicos tienen talento para hacer cine. “Saw” es prueba evidente de ello.

A pesar de que “Saw” tiene fallas propias de un principiante, hay una historia muy buena debajo de todo eso, además de que hay mucho cuidado por los personajes. Pero sobre todo, un tremendo interés por entretener al público, que es lo importante, con una trama que les hará cambiar las palomitas de maíz por las uñas de las manos.

Un baño en muy mal estado es el escenario con el que abre la cinta.

En una esquina se encuentra el Dr. Lawrence Gordon (Cary Elwes) encadenado a una tubería, en el otro extremo de la habitación y en igual situación se encuentra Adam (Leigh Whannell), un fotógrafo que oculta muchos mas secretos de lo que parece.

La escena dantesca es completada por un cadáver en medio de ambos con una pistola (con la que cometió suicidio) en su mano izquierda y una grabadora en su mano derecha.

Ambos se despiertan casi al mismo tiempo sin saber qué ha pasado y por qué se encuentran ahí.


© Artecinema

La película gira en torno a un asesino serial cuya característica es secuestrar a las personas (elige cuidadosamente sus blancos basado en la falta de moralidad que tienen en algún aspecto de su vida) y ponerlas en situaciones extremas donde finalmente son ellos mismos los que acaban con sus vidas.

Es decir, les da un determinado tiempo para conseguir ciertos objetivos, si no los cumplen morirán irremediablemente, orillándolos incluso hasta el suicidio. En el caso del Dr. Lawrence y Adam, se le informa al primero que tiene que matar a Adam en un plazo de 8 horas si quiere que su esposa y su hija sigan con vida.

Mientras tanto, el policía David Tapp (Danny Glover) está muy cerca de encontrar a su presa, un poco para resolver el caso y otro por una sed de venganza muy particular.

Así que el juego es para Lawrence, Adam ya está condenado irremediablemente.

Obvio que esto sucede sin variar en absoluto las condiciones en que se encuentran ambos, es decir, encadenados a un tubo y separados por un par de metros uno del otro. A partir de ahí, uno como espectador se ve inmerso en una vorágine de situaciones que confunden y lo llevan de un lado al otro.


© Artecinema

Ya cuando se piensa que lo hemos visto todo, llega el final. Un final totalmente inesperado, que en lo personal me pareció interesante.

Además de sorpresivo tiene una connotación hasta filosófica que incluso le cambia totalmente el enfoque de la película.

El filme se construye como un enigma progresivo en donde cada escena plantea uno nuevo; el objetivo primario es incrementar la ansiedad a través de la incertidumbre, y su director, el primerizo James Wan, no escatima para ello en el uso de imágenes por demás escalofriantes (el corte original recibió un NC-17 de la MPAA teniéndose que eliminar los momentos más “gráficos” y así poder estrenar el filme con la calificación R).

Violencia física, sangre, y la imaginería repugnante agradarán a entusiastas del horror cómo también al espectador más inteligente que se encontrará incapaz deducir el sorprendente final.

“Juego Macabro” es uno de los filmes americanos más oscuros sobre genios delictivos con los egos mesiánicos y sus tormentos sádicos que no escatiman en el daño físico, emocional o mental.


© Artecinema

Como película de miedo y misterio, “Juego Macabro” eclipsa algunos de los fracasos del año pasado, funcionando a la perfección gracias a un mecanismo de relojería por demás ingenioso y excéntrico.

No hace falta ser un erudito para darse cuenta que tanto el director como el guionista parecen haber estudiado al derecho y al revés la maquinaria de “Seven” (David Fincher) o “Audition” (Odishon, de Takashi Miike) dando como agradable resultado un thriller escabroso, magníficamente orquestado, que pone especial énfasis en la forma más allá de la originalidad de la propuesta.

El brillante punto de partida, donde un asesino sin identidad hace que las víctimas se maten entre sí, sin ser nuevo, se nos presenta bien arropado en un contrastante guión que aunque no engaña a nadie, sabe tapar agujeros con golpes de sadismo inesperados y con un manejo del suspenso certero y bien ajustado.

“Saw” pertenece a ese tipo de propuestas en las que al espectador poco le importa la identidad del asesino, el verdadero motor de la historia se halla en la empatía con la víctima y en el tour de force que la haga salir airosa.

La cinta es una verdadera señal de renovación, que nos habla de que las ideas no se terminan tan rápido como temíamos.

Nuestra Opinión: @@@

Saw, Juego Macabro
(Saw, Estados Unidos 2004)
Director: James Wan
Guión: Leigh Whannell y James Wan
Música: Charlie Clouser
Fotografía: David A. Armstrong
Con: Leigh Whannell, Cary Elwes, Danny Glover, Ken Leung, Dina Meyer, Mike Butters, Paul Gutrecht, Michael Emerson, MacKenzie Vega, Monica Potter
Duración: 102 minutos
Distribución en México: Artecinema
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta macabra columna:

codigocine@yahoo.com



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