XLV Muestra Internacional de Cine II

La Muestra en su edición de primavera reporta un cambio de última hora.



Por razones ajenas a la Cineteca Nacional, sale de la programación la cinta “Luna de Avellaneda” y en su lugar entra al quite la más reciente cinta de Carlos Sorín: “El perro”.

La edición 45 de la Muestra recorrerá al menos 27 ciudades del interior del país.

Muchas de esas películas a pesar de tener una distribuidora grande como Fox, Videocine o Artecinema, solo cuentan de dos a 10 copias para su exhibición en México, por lo que en algunas ciudades el público sólo podrá ver esas cintas en la Muestra Internacional de Cine.

Los dejamos con la segunda parte del recuento de las cintas de esta XLV Muestra Internacional de cine.

No tienen pretexto para evitar darse un atascón de buen cine.

¡Provecho!

- El perro
(Argentina, 2004)
Director: Carlos Sorín
Guión: Santiago Calori, Salvador Roselli y Carlos Sorín, sobre una idea original de Carlos Sorín
Fotografía: Hugo Colace
Música: Nicolás Sorín
Duración; 97 minutos
Distribución en México: 20th Century Fox



En “El perro”, Sorín apuesta nuevamente, como en “Historias mínimas”, a esa seducción que parte de sus criaturas y abarca un micromundo cotidiano en el que juega con los detalles, con las miradas, con los gestos y con las palabras que, para sus tramas, son apenas resúmenes de frases imbricadas en la soledad de sus personajes.

Para este realizador, lo importante es lo gestual y no lo textual, lo íntimo de sus personajes y no lo intelectualizado de sus prolijos y tiernos guiones, la riqueza de sus entramados y no lo vano de una filosofía que prefiere convertir en vivencias y desenmascararla con sutileza y clamor hondo de bondad y de amor.

Si hubiera que definir de alguna manera esta obra, podría decirse que es, simplemente, una fábula de instintos y de amistades que gira en torno de Juan, un cincuentón que trabajó durante veinte años en una estación de servicio de una solitaria ruta patagónica, y de pronto es despedido de su empleo.

El progreso dicta leyes despiadadas, y ese lugar, comprado por nuevos dueños, será reformado y todo su antiguo personal deberá ser reemplazado por quienes posean juventud y nuevas miradas.

Juan, siempre silencioso, permanentemente con una semisonrisa en su curtido rostro de hombre acostumbrado a los vientos sureños, deberá sobrevivir alejado de su labor repetitiva. Para ello se apoya en una vieja afición: fabricar cuchillos con mangos artesanales y venderlos a quien se le ponga en su camino.

Pero nadie compra sus cuchillos, nadie comprende su invalidez de individuo inmerso en su íntima tristeza. Así va entendiendo que fue descartado del mundo, que su existencia es trágica y, casi sin saberlo, igual a la de muchos de esos argentinos a los que la edad y la marginación les cortaron las manos y les hundieron sus ilusiones.

Cuando la esposa de un estanciero muerto lo cita para reparar un viejo vehículo, Juan cree ver una luz de esperanza en su necesidad de trabajar. Pero el pago por esta labor no es dinero sino un perro enorme que la mujer le entrega con cierto recelo, ya que ese dogo, dice, es un estupendo ejemplar reproductor.

¿Qué puede hacer Juan con Bombón?

Así se llama ese animal tan callado como él, que no entiende de razas ni de exposiciones.

Entre el hombre y el perro, sin embargo, se establece una cordial relación que aumenta hasta una amistad entrañable que pone a ambos en situaciones dramáticas o risibles, pero siempre dispuestas a apostar a la más entrañable solidaridad.

El ir y venir de Juan y de Bombón por esas zonas desérticas, el encuentro con personajes tan taimados como disparatados y la necesidad del uno por el otro se reflejan en la historia con agudeza, emoción y enorme calidad estética.

El verdadero hallazgo de este film está, posiblemente, mucho más allá de la mera anécdota.

Está en las entrelíneas de la pintura de sus personajes, en sus miradas y en sus reacciones, en la soledad que a veces desean compartir y en otras aquietar para dejar aflorar sus minúsculos sueños, sus pobres fantasías.

Como en “Historias mínimas”, Sorín quiso que su elenco no estuviese integrado por actores profesionales.

Así aparece -con luz propia y rostro inconmovible- Juan Villegas, que aporta una enorme ternura a ese individuo que trata de recomponer su existencia de hombre sin trabajo. Lo rodea un elenco entrañable y, también, Gregorio, ese adorable perro que en el film fue rebautizado Bombón.

Hacía mucho tiempo que la cinematografía argentina no aparecía con un guión tan cuidadosamente elaborado, con un reparto tan notable y con unos rubros técnicos singularmente ajustados a la narración.

- El Secreto de Vera Drake
(Vera Drake, Gran Bretaña-Francia 2004)
Dirección y guión: Mike Leigh
Fotografía: Dick Pope
Música: Andrew Dickson
Con: Imelda Staunton, Phil Davis, Peter Wight, Alex Kelly, Daniel Mays
Duración: 126 minutos.
Distribución en México: Cine, Video y TV



Vera Drake es una feliz ama de casa de clase humilde en la Inglaterra de 1951, madre de dos hijos, de naturaleza alegre y desinteresada, altruista e ingenua. Tan abnegada que cuida a su madre, a sus hijos y a su marido.

Todo es normal en la vida de esta amable y generosa persona, exceptuando un detalle que desconoce hasta su propia familia: Vera practica abortos ilegales a jóvenes con problemas.

Este es el planteamiento argumental de la última obra del afamado director británico Mike Leigh, la cual ha conseguido gran número de premios (el primero de ellos, el disputado León de Oro en Venecia que arrebató a Mar adentro de Amenábar) hasta llegar a las nominaciones a los oscars a la dirección, guión e interpretación femenina, en una edición en la que los académicos han optado por apoyar a películas de temática controvertida (la eutanasia, el aborto).

El secreto de Vera Drake es una de las películas mejor valoradas por la crítica del 2005.

La cinta comienza sumergiéndonos de lleno en el devenir diario de la vida de la protagonista (esbozando en apenas unos pocos planos los rasgos de un personaje cargado de humanidad, inocencia, alegría y optimismo) y en su entorno, decididamente humilde aunque impregnado de cierta seguridad y del calor familiar.

Y es en esos primeros momentos cuando Leigh nos muestra, como parte del deambular cotidiano de la protagonista, la tarea a la que Vera Drake dedica secretamente parte de su tiempo, la realización de abortos a jóvenes con pocos medios.

Leigh, al igual que su protagonista, procura no enfatizar en la narración este hecho para redundar en la idea de normalidad que tiene en la vida de Vera.

La Vera Drake de la primera mitad del filme es un personaje lleno de vitalidad y entrega, que nunca pierde su sonrisa y que tararea cancioncillas sin cesar.

En sus encubiertas acciones abortivas muestra el mismo entusiasmo y optimismo que en sus otras actividades cotidianas y en su relación con los demás. Se trata de un personaje de un humanismo exacerbado que se plantea su tarea ayudando a chicas a abortar como un acto de fe y de bondad.

A lo largo de todo el filme Vera se empeña en repetir que “ayuda a jóvenes con problemas” y nunca pronuncia la palabra aborto.

No es al director al que corresponde juzgar el comportamiento de su protagonista; Leigh simplemente expone una situación (el drama de las jóvenes de clase obrera que se quedaban embarazadas en Gran Bretaña en los años 40 y 50) y es al respetable al que le corresponde la tarea de emitir un juicio moral.

A lo más que llega Leigh es a plantear el problema desde el punto de vista de la dialéctica de la lucha de clases: frente a todas las chicas que atiende Vera, la joven acomodada que se enfrenta al aborto solventa su problema de manera sencilla, cómoda y relativamente liviana.

De esta manera, retomamos el Leigh interesado en los problemas del núcleo familiar, de las relaciones interpersonales. El director vuelve a sus cuadros de familia y se adentra en las alegrías y tristezas de sus personajes, presentando un muestrario de personalidades fácilmente reconocibles para los seguidores del autor británico.

Mientras el espectador va construyendo este microcosmos social y emocional, Leigh nos va preparando, a través de la trama de la investigación policial, para el golpe de gracia: en mitad de una celebración familiar se desencadena el drama en toda su amplitud.

Es aquí donde comienza el calvario de la protagonista, y desaparece el tono amable del film para dar paso a la angustia y la devastación: en lo que queda de metraje no volveremos a ver a Vera sonreír.

A partir de entonces el director se centra en el drama de una familia asolada por la desgracia y la incomprensión.

Esta es la parte más sobrecogedora del filme, con momentos verdaderamente apabullantes (como la escena en que Vera se ve obligada a quitarse su anillo de casada), que vienen remarcados por la grandeza interpretativa de Imelda Staunton que pasa de la animosidad afable del principio al estado de shock permanente durante la segunda mitad, mostrando de una forma mucho más que convincente la desesperanza, terror y vergüenza que siente su personaje.

Se trata, por todo lo dicho, de una obra “mayor” (si no la mejor) dentro de la filmografía de Mike Leigh, en tanto que reúne gran parte de los recursos habituales del autor, hilvanados de una manera brillante para construir un discurso directo, sencillo y a la vez desgarrador: la cuidadísima puesta en escena, un montaje dinámico que hace avanzar la historia siempre desde varios puntos de vista, un guión preciso y escueto hasta la saciedad que apenas deja momentos de respiro y la mirada de su autor, humana y comprometida, que evita los juicios morales.

Sólo el último plano del filme resume toda la obra del director: una familia comiendo alrededor de una mesa, tras sufrir el peor golpe posible. Por encima del drama del aborto, de la diferencia de clases, de las penurias de la clase obrera británica, está el dolor de unos personajes que ven venirse abajo toda su vida en un instante.

- Glauber, laberinto de Brasil
(Glauber o Filme - Labirinto do Brasil, Brasil 2003)
Director: Silvio Tendler
Guión: Orlando Senna y Silvio Tendler
Fotografía: Fernando Duarte y Walter Carvalho
Música: Eduardo Camenietzki y Caíke Botkay
Testimonios: Glauber Rocha, Norma Bengell, Fernando Birri, Helena Ingnez, Arnaldo Jabor, Jards Macalé, Manduka, José Celso Martínez Correa, Nelson Motta, Nelson Pereira Dos Santos, Darcy Ribeiro, Joao Ubaldo Ribeiro
Duración: 98 minutos.
Distribución en México: Cineteca Nacional



Documental sobre la vida, obra y muerte del realizador Glauber Rocha, polémico cineasta bahiano que revolucionó el cine, promoviendo una revisión radical de la cultura brasileña.

El filme muestra desde imágenes de su funeral hasta testimonios de quienes lo rodearon; así, distintas personalidades dan su opinión sobre el pensamiento e ideas del realizador. El documental es un tributo a la memoria de un artista que revitalizó el cine independiente y contestatario.

“Glauber, laberinto de Brasil”, posee suficientes méritos que sobrepasan el mero discurso alabatorio y adulador.

Tendler es un racionalista clásico, preocupado por la comunicación básica de un documental en cuanto al espectáculo cinematográfico.

“Glauber, laberinto de Brasil”, por naturaleza es un documental tradicional, que avanza por bloques bien característicos y depende más de las cualidades intrínsecas de su narración y los materiales reunidos que dan el soporte a una estructura creativa.

El filme es una revisión sintética y relativamente superficial de la obra de Glauber Rocha, con un interesante apartado del making of del cortometraje “A Cruz na Praça” (1959), controvertido ejercicio de ficción con temática homosexual, realizado durante los inicios de su carrera.

El punto central destaca la actuación de Glauber como agitador cultural, así como la dimensión humana de su comportamiento.

Por otra parte, los secretos a voces, los rumores sobre sus manías peculiares, muchas veces negadas con comentarios evasivos de sus mismos familiares, llegan ahora a la luz del conocimiento público: Glauber consumía drogas, editaba sus filmes con poca ropa y hacía transgresiones de hábitos y costumbres como una vía para amalgamar el arte y la vida en un solo delirio.

- Las horas del día
(España 2003)
Dirección: Jaime Rosales
Guión: Jaime Rosales y Enric Rufas
Fotografía: Oscar Durán
Edición: Nino Martínez
Con: Alex Brendemühl, Ágata Roca, María Antonia Martínez, Pape Monsoriu, Vicente Romero, Irene Belza
Duración: 103 minutos
Distribución en México: Cinematográfica Macondo



Abel es un hombre común. Vive con su madre, tiene un pequeño negocio y una cariñosa novia. Sin duda es un tipo normal y simpático. Sin embargo, bajo su apariencia de hombre tranquilo y afable, se esconde un secreto perturbador que no tiene explicación ni sentido. Abel es una persona que disfruta matar ocasionalmente, sin ninguna razón aparente.

El español Jaime Rosales, en su primer filme, presenta a un asesino serial, pero no uno maquiavélico y perverso (como si trabajara dentro del género del thriller), sino un Abel que es mucho más que la encarnación del mal o el producto de algún trauma psicológico.

Este Abel (personaje irónicamente llamado como la más famosa de las víctimas de la Biblia) es como todos los demás barceloneses, tan sólo que, algunas veces, y sin demasiado motivo específico, asesina.

El tratamiento de Rosales se aleja totalmente del suspenso, lo que entregaría tan sólo el retrato de un serial killer aburrido con su vida, maltratado, con mala suerte y, sí, un poco perturbado, para preferir los tiempos dilatados, las cámaras casi fijas, los planos que trabajan más lo auditivo que lo visual, pero también, con gran maestría y dilación, la sorpresa.

Y si bien no siempre sale victorioso en el manejo de los tiempos lentos (el final está, quizás, un poco dilatado), logra transmitir la sensación de estancamiento y vacío que vive su personaje con una potente vividez.

“Las horas del día” es un filme visceral, doloroso, violento, pero no por lo que muestra o dice, sino por lo que evita o deja fuera del alcance cámara: la falta de motivos para los actos de crueldad de Abel, que van desde matar hasta arruinar la boda de su amigo o intentar no pagar la indemnización a su empleada, se basan en que la película construye una realidad carente de sentido, sin objetivo, ni nada demasiado atractivo que ofrecer a quienes la viven.

El trabajo sobre la imagen es bastante elaborado, y desde una estética realista y de corte estático, con una ausencia casi total de música, se trabaja esta misma idea de quietud.

Éste es un tipo de cine difícil de ver para quien no está acostumbrado a los tiempos dilatados, por lo que pide un nivel de reflexión del espectador, acorde con la propuesta de Rosales de, sencillamente, no explicar nada.

Los logros y el valor de “Las horas del día” sobresalen, más que nada, gracias a las impávidas actuaciones, siempre contenidas y totalmente armónicas a la propuesta integral del filme (siendo especialmente valiosa la interpretación de Ágata Roca como Tere, la novia de Abel), y debido al manejo del ritmo cinematográfico que Rosales posee, donde la lentitud y el vacío dicen mucho más que la extravagancia narrativa y el despliegue de virtuosismos técnicos.

- Pinceladas de fuego
(Chi-hwa-seon, Corea del Sur 2002)
Dirección: Im Kwon-Taek
Guión: Kim Yong-Oak e Im Kwon-Taek, sobre un argumento de Min Byung-Sam
Fotografía: Jung Il-Sung
Música: Kim Young-Dong
Con: Choi Min-Sik, Yoo Ho-Jung, Ahn Sung-Ki, Kim Yeo-Jin, Son Yae-Jin, Han Myung-Goo
Duración: 117 minutos
Distribución en México: Quality- Videocine



La vida del pintor “Ohwon” Jang Seung Up (Min-Sik Choi), nacido en 1843 y fallecido en 1897. Su existencia se desarrolla en un periodo clave de la historia de Corea, cuando agoniza la dinastía Chosun, que ocupó el poder por cinco siglos y cuya cultura inspiró a varios países vecinos, como Japón.

Fue un tiempo de movimientos sociales y transformaciones, también en el terreno del arte, que dejó de ser un privilegio de la nobleza y se renovó gracias a los nuevos pintores plebeyos, como Seung Up.

De enorme riqueza visual, la película presenta las angustias de la creación artística, los reveses de la fortuna y las aventuras sentimentales de un genio paradójico, cuyas trazas se pierden al final del siglo. La pobreza de documentos fidedignos permite al director recrear el personaje e insertarlo en los acontecimientos de la época.

Esta es una película muy divertida, fluida, rapidísima, con imágenes de gran belleza. Su límite es el de buena parte de la cinematografía coreana actual y también el del protagonista, un artista de gran talento que no quería quedar fuera de la tradición ni dejar de ser comprendido por el público.

- Ni muy, muy… ni tan, tan… Simplemente “Tin Tan”
(México 2000-2005)
Director: Manuel Márquez
Guión: Juan Santiago Huerta
Fotografía: Diego Arizmendi
Música: “Roco” (La Maldita Vecindad)
Narrador: Rodolfo Serralde
Entrevistas: Jorge Ayala Blanco, Rafael Aviña, Froylán López Narváez, Jacobo Zabludovsky, Carlos Monsiváis, Tomás Mojarro, Armando Ramírez, Manuel “El Loco” Valdés, Yolanda Montes “Tongolele”, Rosalía Julián (viuda de Valdés), Edmundo Miller, Marcela Chávez, Carlos Valdés Julián, Alfonso Arnold, Antonio “El Ratón” Valdés, Germán Francisco Valdés, Cristóbal Valdés, Alfonso Arau, Fanny Kauffman “Vitola”, Wolf Ruvinskis, Roco, Pato, Jaime López, Café Tacuba, El Gran Silencio, Inspector, Mexica Crew, Panteón Rococo, Fabulosos Cadillacs, Botellita de Jeréz, Control Machete, Roger Hernández, Roy Galván
Duración: 90 minutos
Distribución en México: Alfhaville Cinema



Es el primer documental que hace un seguimiento riguroso a la compleja trayectoria de este versátil artista.

Más de 31 entrevistas realizadas a familiares, compañeros, amigos y estudiosos de Tin Tan testimonian este largometraje, amalgamando los aspectos analíticos, anecdóticos, biográficos y estéticos de la vida y obra de Tin Tan, con imágenes inéditas tomadas por Germán Valdés, sus mejores canciones, la reedición de su primer trabajo en celuloide un cortometraje inédito (El que la traga la paga) y 113 clips de 106 películas del Pachuco de Oro.

Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo – Germán Valdés Tin Tan, desarrolló una carrera Cinematográfica que duraría 30 años, dejando su huella en 106 películas, aportando un legado artístico a las generaciones posteriores de artistas.

Una cinta obligada para los fans de este inolvidable cómico del cine mexicano.

- Acto sin perdón
(The Woodsman, Estados Unidos 2004)
Director: Nicole Kassell
Guión: Nicole Kassell y Steven Fechter, basado en la obra teatral de este último
Fotografía: Xavier Pérez Grobet
Música: Nathan Larson
Con: Kevin Bacon, Kyra Sedgwick, Mos Def, Benjamin Bratt, David Alan Grier , Eve, Kevin Rice
Duración: 87 minutos
Distribución en Mexico: Artecinema



Esta película de la debutante Nicole Kassell es sorprendente simplemente por colocar a un pedófilo confeso como protagonista de un drama que no es una película de horror o un thriller sobrenatural, sino una historia humanista en la que el personaje central es un hombre agradable, interpretado por Kevin Bacon.

El planteamiento es sin embargo ambigüo, al sugerir una posible redención por vías por lo menos discutibles, y que van en contra de lo planteado por la cinta en un inicio.

Como ya es habitual, Bacon nos brinda una actuación extremadamente inteligente como Walter, en libertad condicional después de purgar una condena carcelaria de 12 años por su acoso a niñas menores de edad.

La apostura natural de Bacon se complementa con una imagen moderna, ropa limpia y un buen corte de pelo. El personaje no es un demente pervertido envuelto en una sucia gabardina, sino alguien al que cualquiera le gustaría tener como vecino.

Walter consigue trabajo en una maderería, lo más cercano a su antigua profesión de carpintero. Todo lo que el protagonista desea hacer es mantener un perfil bajo, no meterse en líos y decirle las cosas correctas a su terapeuta, cuyas preguntas brindan al espectador una ventana a los pensamientos más profundos del personaje.

Lo inverosímil llega cuando Walter alquila un departamento con vista al patio de juegos de un jardín de niños.

¿En realidad se le permitiría a un pedófilo en libertad condicional vivir en ese lugar?

Sería tan probable como un ex asaltante de bancos habitando el piso superior de una gran sucursal nacional.

El recurso, sin embargo, nos lleva a otro giro de la historia, cuando Walter observa e identifica a otro pedófilo rondando las rejas de entrada de la escuela mientras le habla a los niños. Walter reconoce de inmediato sus propios patrones de seducción, y cuando los alumnos empiezan a ser atacados, la culpa recae en el propio protagonista. La policía lo detiene y lo interroga con un brutal maltrato, lo que provoca que su pasado quede al descubierto en su trabajo.

Por si fuera poco, la recién iniciada y todavía insegura relación de Walter con su colega Vickie (Kyra Sedgwick) parece no llegar a ningún lado. Gradualmente, ante tantas adversidades, Walter se desliza por la pendiente de sus errores pasados, y empieza a asechar nuevamente a las niñas.

Esas últimas escenas resultan extremadamente inquietantes, al colocarnos dentro de la mente de un pedófilo sin comprender del todo ni sus motivos ni sus compulsiones.

Walter vaga sin rumbo por toda la ciudad, a bordo de autobuses y en centros comerciales, mostrando su insidiosa sonrisilla de perrito sin dueño en cuanta chiquilla se encuentra, y, mediante sus bien ensayados y probados recursos, forzándolas a mirarlo a su vez.

Sentimos un escalofrío en la columna cuando Walter, utilizando su horrendo y estrafalario arte, se topa fortuitamente en el bosque con Robin, solitaria y sensible niña de 11 años. En su especial manera, el protagonista entabla una conversación y así descubre algo sobre ella que ningún adulto proveniente del mundo respetable podría haber averigüado alguna vez.

Sin embargo, cualquier generalización sobre este asunto debe ser puesto en la balanza ante el simple acto de audacia de los productores y la directora al realizar una película como ésta, basada en un guión inteligente que intenta provocar en el público ideas nuevas e impulsos dramáticos complejos ante un tema que normalmente sólo inspira horror y la más visceral repulsión.

Asimismo, la gran mayoría de los actores de Hollywood considerarían el papel de Walter como veneno puro para sus inmaculadas carreras, pero Kevin Bacon es evidentemente más listo, y más arriesgado, y estuvo a punto de obtener una nominación al Óscar por su trabajo en este filme.

Y es que Bacon realmente merece un reconocimiento especial por su gran actuación como Walter, quien, después de ganarse nuestra simpatía provisional, nos conduce hasta el lindero del bosque suburbano, escenario de una moderna pesadilla de Andersen o los Hermanos Grimm, y se sienta en una banca al lado de la pequeña Robin, luchando contra sus propios impulsos patológicos. En esos momentos, el trabajo de Bacon es una sobrecogedora mezcla de miedo y destino vital.

- Salvador Allende
(Francia-Bélgica-España-México, 2004)
Dirección y Guión: Patricio Guzmán
Fotografíar: Julia Muñoz y Patricio Guzmán
Música: Jorge Arriagada, y melodías adicionales de Inti Illimani, Violeta Parra y Quilapayún
Edición: Claudio Martínez
Narración: Carmen Castillo
Duración: 100 minutos
Distribución en México: Universidad de Guadalajara



Este documental narra la biografía política del que fue presidente de la República de Chile, el socialista Salvador Allende, hasta su derrocamiento por el golpe militar del general Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.

Varios son los puntos de vista dados por los entrevistados en este documental, pero todos coinciden y reconocen que Salvador Allende luchaba por conseguir una patria mas justa para los mas desposeídos y la clase obrera en general.

Hizo una formidable campaña maratoniana para conseguir la victoria en su primer mandato. Un expedicionario contingente al borde de un tren que recorrió gran parte de la larga geografía chilena al frente del lema “con Allende a todo vapor”.

No cabe duda que fue la voz puesta en tribuna por la gente llana y las clases urbanas que también apostaban por su proyecto emancipador.

Allende siempre incidía en que Chile debía caminar hacia el socialismo por una vía pacifica, gradual, y parlamentaria. He aquí, precisamente, la raíz que más tarde conduciría a la derrota del magnifico movimiento protagonizado por la clase obrera chilena.

A pesar de que Allende se consideraba marxista, y admiraba los movimientos revolucionarios, especialmente a luchadores como el Che, no comprendió que la burguesía no respeta ni cauces democráticos, ni mayorías parlamentarias, ni mayorías sociales, cuando sus privilegios están en peligro.

No entendía que el estado burgués es una herramienta al servicio de los empresarios, de la oligarquía, del imperialismo y que estos no dudan en utilizarlo, de la forma más brutal y sangrienta, para garantizar el mantenimiento de sus intereses.

Desgraciadamente, la historia volvió a demostrar la corrección de la teoría marxista del estado y cómo no es posible construir el socialismo sin el derrocamiento del estado burgués y la construcción de un estado obrero, bajo el control de los trabajadores.

El horror de la dictadura, las torturas, los asesinatos, las desapariciones, fueron el alto precio que tuvo que pagar el mismo y la clase obrera chilena por creer y defender la gran mentira llamada democracia burguesa.

Como demuestra el documental, el gobierno estaba apoyado por el poder de los trabajadores en los consejos de fabricas, barrios e institutos. Sin embargo, en el otro lado de la barricada, el imperialismo norteamericano, con Nixon y Kissinger a la cabeza, maniobraba y conspiraba para acabar con el proceso.

En lugar de escuchar y hacer caso a los trabajadores, que pedían armas para luchar contra los golpistas y la reacción, Allende prefirió confiar en la legitimidad que las urnas le habían dado, creyendo que los militares, la burguesía y el imperialismo aceptarían la situación.

Sin lugar a dudas Salvador Allende defendió su dignidad y la del pueblo entero, resistiendo en el bombardeo al Palacio de la Moneda. Hoy es todo un símbolo de honestidad personal y decencia.

Pero su incomprensión del proceso revolucionario que protagonizaba, su fe en la democracia burguesa, su creencia de que era posible llegar al socialismo poco a poco, y su confianza en que la burguesía aceptaría su desaparición como clase sin presentar batalla, llevaron a la clase obrera chilena a la derrota.

Las lecciones de todo lo que ocurrió en Chile son un valioso legado para las incipientes democracias de todo el mundo.

- Las tortugas pueden volar
(Lakposhtha hâm parvaz mikonand, Iran-Irak 2004)
Dirección y Guión: Bahman Ghobadi
Fotografía: Shahriar Assadi
Música: Housein Alizadeh
Con: Soran Ebrahim, Saddam Hossein Feysal, Avaz Latif, Hiresh Feysal Rahman,
Duración: 95 minutos
Distribución en México: Cine Video y TV



La Guerra de Irak ha sido el hilo conductor de unas cuantas películas en los dos últimos años, desde que Estados Unidos y sus aliados entraron en el citado país y derrocaron el régimen de Sadam Hussein.

Cineastas como Michael Moore o Robert Greenwald han intentado esclarecer las raíces de un conflicto que parece ser eterno, pero sus documentales se quedan en la parte más institucional, plagados de declaraciones de gente con esmoquin que vive a miles de kilómetros de la masacre y no ha visto un tanque en su vida.

Son filmes que rebosan buenas intenciones, pero insuficientes.

Los niños que protagonizan la última película de Bahman Ghobadi, “Las tortugas no pueden volar”, son seres humanos que han tenido que crecer demasiado deprisa, impulsados por la obligación de enfrentarse con la muerte a cada paso.

Son huérfanos cuyas extremidades las ha podido segar una mina, una bomba o una bala; niños, adultos que odian antes de reconocer lo que es el odio.

La cámara traspasa así los muros de la desinformación introduciendo al espectador en una realidad mostrada sin medias tintas a la hora de describir las circunstancias y necesidades de los chicos que habitan un pequeño pueblo kurdo antes y durante el conflicto.

Particularmente estremecedor resulta el momento de la compra de armas a cambio de minas, o la desactivación de estas a cargo de un muchacho mutilado, con su boca como única ayuda. Y qué decir del pasado de los personajes: mutilaciones, entierro de familiares, violaciones y todo tipo de matanzas componen el espeluznante lienzo de recuerdos entre los que se mueve la película.

Por desgracia todo suena demasiado creíble, demasiado veraz.

Y es que este es un filme sin tapujos, sin prejuicios y sin políticos. Sin dictadores ni salvadores. Aquí sólo hay niños en medio de un infierno inaccesible para nosotros, marginados por un dolor imposible de compartir y sin embargo cercano gracias a Bahman Ghobadi, un hombre que mira a su pueblo desde muy adentro, como debe ser.

- Masacre en Omagh
(Omagh, Irlanda-Gran Bretaña 2004)
Director: Pete Travis
Guión: Guy Hibbert y Paul Greengrass
Fotografía: Donal Gilligan
Con: Gerard McSorley, Michèle Forbes, Stuart Graham, Peter Ballance, Pauline Hutton
Duración: 106 minutos
Distribución en México: Cine Video y TV



A lo largo de su historia, el IRA ha dado pie a varias películas que retratan especialmente las desafortunadas consecuencias de sus acciones.

“En el nombre del padre” y “El boxeador”, ambas de Jim Sheridan, o “Domingo sangriento” de Paul Greengrass (Oso de Oro en Berlín 2002) son algunas de ellas.

Ahora, “Omagh” se suma a esta dolorosa filmografía al retratar el antes y después del atentado ocurrido en Omagh el 15 de agosto de 1998.

El filme de Travis traza un arco desde el momento antes del atentado de Omagh que segó la vida de 29 personas. Sin llegar a mostrar de plano a los responsables del hecho, Travis concentra su mirada en las futuras víctimas, y posteriormente en los familiares de éstas, para luego ir develando poco a poco no tanto el porqué, sino los intereses políticos e irregularidades cometidas por las autoridades antes y después de los trágicos sucesos.

El realizador dedica los primeros minutos de la cinta a recorrer las calles de Omagh, a seguir a los hombres y mujeres, niños y jóvenes por la ciudad; mientras muestra la llegada de la amenaza en forma de coche bomba.

Travis lo hace con un ritmo tranquilo que poco a poco se vuelve cada vez más frenético hasta llegar al borde de la desesperación.

Tras sobrepasar la desgracia, el ritmo del filme se vuelve más sosegado, pero también más doloroso, al asistir al desplome de los familiares.

El director ha elegido como hilo conductor de su historia a Michael Gallagher, padre de un joven adolescente, muerto en el atentado.

Este hombre, casi por azar, casi sin querer, se ve obligado a buscar una explicación del suceso, hasta llegar a transformarse en portavoz de su entorno. Gallagher se ve empujado a buscar a los responsables de los asesinatos y, por supuesto, a intentar llenar el vacío que ha quedado en su familia.

En “Omagh”, el espectador va descubriendo junto a Gallagher (interpretado en la ficción por Gerard McSorley) las irregularidades de la investigación y los presuntos errores cometidos por las autoridades, así como los compromisos políticos para alcanzar la paz en Irlanda; y con él, también asiste a su transformación de hombre pasivo a uno más enérgico y convencido de la necesidad de dar con la verdad y cerrar un caso que desde entonces permanece abierto.

Circuito de Exhibición República Mexicana:

- Cine Foro, Guadalajara, del 14 de abril al 17 de mayo
- Cineteca de Nuevo León, del 14 de abril al 17 de mayo
- Cinema Universidad, Aguascalientes de 6 al 20 de mayo
- Instituto Coahuilense de Cultura (Saltillo, Coahuila) del 10 al 22 de mayo
- Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo (Morelia) del 14 al 26 de mayo
- Cineteca Municipal Durango del 17 al 29 de mayo
- CORACYT de Tlaxcala del 20 de mayo al 1 de junio;
- Promotora Cultural de Zacatecas del 24 de mayo al 5 de junio;
- Teatro Principal, Guanajuato, del 1 al 13 de Junio
- Instituto Cultural de León, del 3 al 15 de junio
- Teatro Ágora de la Ciudad, Jalapa, Veracruz, del 8 al 19 de junio
- Instituto de Cultura de San Luis Potosí, del 10 al 22 de Junio
- Sala de Arte Universidad, Oaxaca, del 15 al 26 de Junio
- Instituto Cultural Tampico, (Tampico, Tamaulipas) del 17 al 29 de Junio
- Sala de Arte Antonio O. Ramírez, Villahermosa (Tabasco) del 22 de Junio al 4 de Julio
- Cineteatro Rosalio Solano, Querétaro, del 24 de junio al 6 de Julio
- Teatro Emilio Rabasa, Tuxtla Gutiérrez; del 29 de Junio al 11 de Julio
- Teatro Daniel Zebadua, San Cristóbal de la s Casas, del 1 al 13 de Julio
- Instituto de Cultura de Campeche, del 8 al 20 de Julio
- Teatro Guillermo Romo de Vivar (Pachuca, Hidalgo) del 11 al 23 de Julio
- Teatro Mérida (Mérida, Yucatán) del 15 al 27 de Julio
- Instituto de Cultura de Baja California (Tijuana) del 21 de julio al 3 de Agosto
- Universidad Iberoamericana Campus Laguna (Torreón) del 15 de Agosto al 6 de septiembre

Correspondencia con esta cinematográfica columna que está a punto de quedarse ciega:

codigocine@yahoo.com



.

Comentarios