Buenas noches, Buena suerte



Es increíble que una historia que ocurrió hace 50 años pueda ser tan actual.

El clima de paranoia y conspiración que existe hoy en parte de la sociedad norteamericana no es muy diferente de aquel provocado por Joseph McCarthy durante la década de los cincuenta.

La diferencia es que no es una historia inventada, si en aquella época los que cuestionaban al temido senador eran tachados de “comunistas”, hoy los críticos de Bush y su cohorte son cuestionados en cuando al “patriotismo” que puedan sentir o, en casos extremos, clasificados como simpatizantes del terrorismo.

La cinta se centra en Edward Murrow (David Strathairn) y su equipo de colaboradores de la cadena CBS, entre ellos el productor Fred Friendly (George Clooney) y William Paley (Frank Langella), director de la cadena.

Escandalizado por los injustos ataques y acoso que el Senador McCarthy inflingía sobre ciudadanos con tendencias comunistas (reales o imaginadas), Murrow decide producir una serie de programas para denunciar las tácticas amorales de McCarthy, empleando sus propios discursos para señalar las fallas y contradicciones de sus métodos.

Desde luego eso no cae muy bien a McCarthy, quien procede a responder de la única forma que sabe: acusando a Murrow y a su equipo de traidores y anti-patriotas.

Regresando a la silla de director después de su interesante debut “Confesiones de una mente peligrosa”, Clooney se muestra mas bien contenido en esta ocasión, evitando movimientos de cámara rebuscados y concentrándose más en los diálogos y en el clima de tensión inspirado por el choque entre dos grandes fuerzas: los medios de comunicación y la política.


© Artecinema

Con un diseño de producción, vestuario y fotografía impecables, Clooney nos muestra su trinchera, un pequeño estudio de televisión, donde se combate a diestra y siniestra contra la censura, el control de los medios, y la posibilidad de perder mucho más que la audiencia o la credibilidad: perder la opción de cuestionar lo cuestionable.

Hechos concretos, históricos, paranoias reales que hoy día suenan cercanas si se sustituye un sustantivo (terrorista y comunista son intercambiables), y el dilema de las libertadas civiles y las amenazas políticas o militares.

Clooney eligió “Buenas noches, buena suerte” por tratar un tema vigente, por ser una historia digna de contarse y porque nunca ha negado sus convicciones en lo político.


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Una grácil pero directa forma de cuestionar al Gobierno de los E.stados Unidos. que, bajo la defensa del Capitalismo y la Democracia -ambos con mayúsculas- justifican acciones vergonzosas y fuera de toda ética; al mismo tiempo, una sutil llamada de atención sobre las responsabilidades de los medios, sin caer en doctrinas o en falsas moralejas.

“Buenas Noches, Buena Suerte” es una excelente muestra de actuaciones y cinematografía.

Filmada en blanco y negro por Robert Elswit (frecuente colaborador de Paul Thomas Anderson), la cinta ofrece una atmósfera melancólica y nostálgica que enmarca actuaciones urgentes y dinámicas.

David Strathairn realiza un fantástico trabajo como el protagonista, pues en vez de sólo imitar la apariencia del finado Murrow, Strathairn adopta completamente su personalidad, dejando que la actuación fluya desde su interior, haciéndonos fácilmente partícipes de sus procesos intelectuales.


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George Clooney realiza también un sobresaliente desempeño histriónico como el productor Fred Friendly, aunque queda opacado por el poderoso trabajo de Frank Langella como William Paley, el director de la cadena CBS.

Además de su solemne presencia, Langella muestra claramente el conflicto interno de su personaje, deseoso de mantener el estándar de libertad editorial que distinguía a sus noticieros (¡cómo han cambiado los tiempos!), pero sin poner en peligro la seguridad económica de la empresa, de la cual dependían cientos de empleados.

Robert Downey Jr. y Patricia Clarkson tienen una breve pero significativa participación como un par de reporteros con un secreto que deberán enfrentar eventualmente; el aire de misterio que los rodea y sus veladas miradas crean irremediablemente sospechas en la mente del espectador, funcionando así como hábil metáfora de la paranoia e intranquilidad que las actitudes del Senador McCarthy provocaron en la sociedad de la época.

No hace falta gran imaginación para encontrar las similitudes entre los eventos que se muestran en la película y el mundo contemporáneo, donde el supuesto patriotismo es empleado como justificación de cualquier atrocidad que decidan cometer los gobiernos.

“Buenas Noches, Buena Suerte” va más allá de ser una simple alegoría política, al mostrarnos que el señalar las fallas del sistema no debe considerarse como traición, sino como un esfuerzo por mejorar su salud ideológica.

George Clooney, en su segundo filme como director, se dedica a mostrar los hechos, con una austeridad espartana, sin apenas dar espacio a segundas líneas argumentales, centrándose exclusivamente en la lucha desigual de este David que batió a su Goliath con la metafórica honda de las libertades civiles, despertando a un país aterrorizado por un político que, con la excusa de proteger la nación, estaba haciendo polvo sus cimientos básicos.

Nuestra Opinión: @@@@

Buenas noches, Buena suerte
(Good night, good luck, Japón-Francia-Reino Unido-Estados Unidos 2005)
Director: George Clooney
Guión: George Clooney, Grant Heslov y Fred W. Friendly
Fotografía: Robert Elswit
Con: David Strathairn, Robert Downey Jr., Patricia Clarkson, Ray Wise, Frank Langella, Jeff Daniels, George Clooney
Duración: 93 minutos
Distribución en México: Artecinema
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta implacable columna:

codigocine@yahoo.com





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