El aura



El director argentino Fabián Bielinsky confirma su talento (tras la sorprendente “Nueve Reinas”) en este su segundo filme, relato a medio camino entre el thriller de suspenso y el drama introspectivo.

Se trata de una película de atmósferas espesas, de interiores turbios, impregnada de un clima enrarecido que va conformando una especie de hipnotismo y espacio fantástico e irreal alrededor de la vida de un hombre epiléptico de vida gris, cuya máxima obsesión es conseguir llevar a cabo el atraco perfecto.

La escena inicial de “El Aura”, entrega al espectador la imagen de un hombre tirado en el piso al interior de un cajero automático, la insistente chicharra que surge desde la máquina desconcierta.

La cámara, haciendo una toma en picado, baja rauda hasta un primer plano donde nos presenta a Esteban (Ricardo Darín) con la mirada perdida.

Luego de unos minutos se pone de pie, retira el dinero del cajero, su tarjeta y se marcha como si nada hubiera pasado.

Esteban es un hombre extraño, taxidermista dedicado con devoción a su trabajo, solitario y sombrío. Sufre de epilepsia, gusta de la música docta mientras desarrolla su labor.


© Buena Vista International

La vida de Esteban gira en dos dimensiones, la de su trabajo y la de imaginar, con lujo de detalles, que puede dar el golpe perfecto cuando lo desee ya que su inteligencia es superior al resto de los mortales. Posee la capacidad de recordar nombre, fechas y detalles en forma asombrosa.

Mientras hace fila en un banco junto a su amigo Sontag (Alejandro Awad) y sueńa con dar el golpe perfecto, su amigo lo convence de ir juntos de cacería.

Llegan a un inhóspito lugar, lo primero que enfrentan es la falta de disponibilidad para pernoctar. Por lo mismo, llegan a unas cabañas perdidas en medio del bosque, rodeados de árboles, ciervos y vegetación.


© Buena Vista International

Un accidente fortuito llevará a Esteban a replantear su existencia y en sólo una semana el taxidermista se transformará en otro ser, hasta capaz de dar el golpe con el que siempre sońó.

Más aún cuando se encuentra con los planes para asaltar un camión blindado que recogerá la recaudación de un casino luego de un largo fin de semana de atender clientes.

En los 138 minutos de duración de “El aura” -título que hace referencia al instante previo al ataque de epilepsia, una sensación de libertad, una epifanía, una iluminación que agudiza, amplifica los recuerdos, las sensaciones y las percepciones- conviven dos películas.

La primera parte está destinada a describir de manera minuciosa la compleja psicología del protagonista excluyente de la historia, a mostrar su vuelco interior en un paisaje tan subyugante como sobrecogedor como el de los bosques patagónicos.


© Buena Vista International

Allí, en un clima hostil que remite a atmósferas vistas en películas de Shyamalan, Lynch o Cronenberg, convivirán en permanente tensión personajes que ocultan pasados llenos de heridas y secretos con la fuerza de la naturaleza, ciervos huidizos o un expresivo lobo que parece entenderlo todo.

La segunda mitad gana en ritmo y en acción.

Tras un nexo ambientado en un casino que se acerca bastante más al espíritu lúdico y manipulador de “Nueve reinas”, Bielinsky se sumerge de lleno en el género de acción, con los preparativos y la concreción de un golpe.

Aquí, el director nuevamente acierta con un preciso manejo del suspenso.

Fabián Bielinski consigue quizás lo más difícil, crear un universo cerrado impregnado de un gran magnetismo visual, en el que la naturaleza se convierte en una especie de cárcel opresiva que atrapa a los personajes conduciéndolos a un destino del que no tienen escapatoria.

Nuestra Opinión: @@@1/2

El aura
(Argentina-España-Francia, 2005)
Dirección y guión: Fabián Bielinsky
Fotografía: Checo Varese
Música: Lucio Godoy
Con: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Alejandro Awada, Pablo Cedrón, Walter Reyno, Jorge D´Elía y Nahuel Pérez Biscayar
Duración: 138 minutos
Distribución en México: Buena Vista International / Agencia Azteca
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta intrigante columna:

codigocine@yahoo.com




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