Fahrenheit 9/11



La controvertida elección de George W. Bush en el año 2000 es el punto de partida del filme, para seguir su ascenso de mediocre petrolero texano a presidente de Estados Unidos y describir las oscuras relaciones de negocios entre su padre y la familia de Osama Bin Laden, además de la indagación sobre lo sucedido en Estados Unidos tras el 11 de septiembre de 2001 y cómo la Adminisración Bush utilizó el atentado para su propio beneficio político.El mundo necesita de tipos como Michael Moore.

Provocador, narcisista, tendencioso, manipulador, exhibicionista, el cineasta ha logrado lo inimaginable: convertirse en referente indispensable de la cruzada anti-Bush (responsable del enojo general de un planeta a punto de estallar) sin perder su ácido sentido del humor.

Tras el éxito de “Bowling for Columbine” y de sus obras literarias, Moore se siente llamado a una especie de misión divina: acabar con el mandato del belicoso líder del mundo libre más peligroso de las últimas décadas.

No sabremos si su cruzada tendrá el éxito esperado hasta las elecciones estadounidenses del mes de noviembre.

Pero mientras tanto, el realizador puede darse por satisfecho: el máximo galardón del cine mundial (Palma de Oro en Cannes) y el récord histórico de taquilla para una película de género documental avalan que “Fahrenheit 9/11” ya ha pasado a la historia del cine.

Y es que hay pocos ejemplos de inmediatez periodística, impacto audiovisual y sagacidad comercial como el de esta cinta.



Carente del prodigioso sentido del montaje y el ritmo de su alegato contra las armas, caótico y desordenado, deseoso de abarcar demasiados frentes, irregular en su forma y contenido y traicionado por la imperiosa urgencia de ser estrenada a tiempo, “Fahrenheit 9/11” se sitúa a un nivel cinematográfico bastante inferior al de su anterior obra maestra.

Pero su valor como el más brillante panfleto político jamás filmado le redime de todas sus carencias.

Desde el prólogo donde se narran fragmentos del vergonzoso recuento electoral del año 2000 en la nación de las barras y estrellas, el filme se dedica a dinamitar la política de Bush Jr. exhibiendo sus asociaciones con dirigentes saudíes en empresas petroleras, el descarado tráfico de influencias, el progresivo recorte de presupuestos y libertades, la política del pánico en la mejor tradición de “1984” de Orwell, su desprecio hacia las vidas humanas, las manipulaciones y mentiras para encubrir la carnicera invasión de un país repleto de petróleo (nada nuevo bajo el sol, hay que decirlo) y decenas de instantáneas más que ilustran la pavorosa figura del cowboy desquiciado que gobierna el planeta: "En una dictadura todo esto sería mucho más fácil, no me cabe duda", llega a declarar el criminal texano.

Son del todo impagables secuencias como la de Bush leyendo un libro infantil con cara de pasmo en los interminables minutos posteriores al atentado del 11-S, el espionaje a un grupo pacifista formado por ancianitos, el reclutamiento de jóvenes de zonas marginales (latinos y demás minorías) -auténticos protagonistas de la guerra, elementos prescindibles cuya única misión es la de morir en provecho de las clases más poderosas-, las pavorosas imágenes de muertos, mutilados y aullantes supervivientes ciegos de dolor y deseo de venganza o el doloroso sonido del terror con la pantalla en negro.

Las efectivas indagaciones sobre la pantomima de la guerra de Afganistán, una especie de fútil concesión a un pueblo hundido, las imágenes inéditas del conflicto bélico y el mutuo odio irracional entre dos facciones incapaces de comprenderse entre sí elevan la película hasta una completa revolución de las aletargadas entrañas.

Fragmentos del mapa de la vergüenza tratados en dos horas que se antojan del todo escasas.

Si algo queda claro luego de ver la cinta, es el altísimo porcentaje de norteamericanos que todavía continúan cegados por el belicismo y el patrioterismo barato.


Resulta difícil creer que exista un pueblo tan inculto capaz de tener a una persona en el poder con un claro desequilibrio mental.

La autodenominada “mejor democracia del mundo” no es mas que una farsa y un perfecto negocio.

Sin embargo, la postura “radical” de Moore, tiene varios puntos negativos desde el momento en que ha dedicado su vida a criticar el mundo del poder, a la gente con dinero, a la gente que no daba respuestas a las preguntas de sus consumidores, al mundo vacío, superficial y materialista en que vive el americano promedio, y él, Michael Moore, asiste emocionado al símbolo de vanidad y poder más recalcitrante de Estados Unidos : la entrega del Oscar, y no sólo eso, sino que se siente dichoso de ganar.

Luego, Ray Bradbury intenta contactar con él para cuestionarle (igual que él hace en sus documentales) sobre el título que es casi el mismo de su libro, y durante 6 meses no recibe respuesta de Moore (igual que en sus documentales).

Y por si fuera poco hay un tal Michael Wilson que está haciendo un documental titulado Michael Moore Hates America , donde cuestiona todo lo expuesto por Moore (Igual que Moore en sus documentales) lo más chistoso, es que ha intentado contactar a Moore muchas veces para que le de una entrevista (igual que Moore en sus documentales con Roger Smith y Charlton Heston) y hoy es el día que Moore no dice esta boca es mía (nuevamente, igual que en sus documentales).

Cuando los aplausos y galardones se hayan extinguido, los verdugos continuarán humillando a la Humanidad, escupiendo sobre los cadáveres y despojos y practicando la barbarie, la destrucción y el asesinato para engordar sus cuentas millonarias.

Nada habrá cambiado tras actos de protesta y denuncia como el que representa “Fahrenheit 9/11”.

Por ese motivo, es de desear que este tipejo arrogante y genial que es Michael Moore continúe manoseando los genitales del Poder durante mucho tiempo.

Nuestra Opinión: @@@1/2

Fahrenheit 9/11
(Estados Unidos 2003)
Dirección y guión: Michael Moore
Fotografía: Mike Desjarlais
Música: Jeff Gibbs, Bob Goleen
Testimon ios: Ben Affleck, John Ashcroft, Khalil Bin Laden, Geoge Bush, George W. Bush, Dick Cheney, Bill Clinton, Britney Spears
Duración: 122 minutos
Distribución en México: Videocine
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta conspiradora columna:

obsesionesmx@yahoo.com.mx


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