Dando tumbos y al borde del precipicio, termina Guadalajara

- Un departamento de prensa incompetente provoca vía crucis adelantado para los valientes comunicadores que asistieron a cubrir el festival
- Argentinos y brasileños acaparan los premios
- Javier Patrón, Mejor director Mexicano


El desastre pudo superar al desastre.

No tiene sentido tener un festival si sólo trasciende para los que asisten.

Y ese fue el grave problema de Guadalajara este año.

Tuvo unos contenidos interesantes, invitados de primer nivel, buenos resultados en el mercado Iberoamericano de Cine, pero la prensa al no estar enterada, no pudo darle seguimiento ni difusión.

Fue un error garrafal traer para el departamento de prensa a españolitos con supuesta experiencia en festivales de España, pero que ni siquiera conocen los nombres de los medios mexicanos.

Ni hablar de los particulares manejos y necesidades de la fuente de cine, cultura y espectáculos del país.

Los pocos periodistas que fueron acreditados por el festival se la pasaron verdes de coraje ante tanta ineficiencia y carencia de sentido común de parte del departamento encargado de atender a los medios.

Ya iniciado el festival, tardaron tres días en tener listas las computadoras de la sala de prensa y en un arranque de ausencia de sentido común, los genios no pusieron líneas telefónicas en ese lugar, fue hasta que los medios protestaron por tanta estupidez que se dignaron en poner un telefonito.

Usted dirá, porqué tanto drama, bien pudieron ir a un café Internet.

Cierto, pero en un festival de cine lo que no hay es precisamente tiempo para traslados.

Para hacer una nota o dar un reporte se tienen que sacrificar la entrada a una o varias películas.

Y generalmente se tiene que ver una cinta para después poder entrevistar al director o el reparto. Por eso el tiempo es oro en un festival.

El no tener una sala de prensa cuando ya inició un evento, es una pesadilla para los comunicadores.

Pero pese a todo, ese fue el menor de los males.

Errores de logística, películas cambiadas de última hora sucede en todos los festivales del mundo, pero al menos se tiene una guía de las actividades del día y el departamento de prensa se encarga de programar y organizar mesas redondas, conferencias y entrevistas entre los personajes invitados y los medios.

Eso no sucedió.

Casi desde el nacimiento del evento era tradicional que las cintas mexicanas en competencia tuvieran una función de prensa y al terminar una conferencia con los medios, ahí mismo, en la sala de cine donde se proyectó.

Bueno, pues en esta ocasión, como una falta de respeto a los directores y elencos y además para terminar de fastidiar a los medios y al mismo festival, las películas no tenían derecho a una proyección de prensa, ni a su correspondiente conferencia con los medios.

Es una vergüenza que el festival de cine mas antiguo de México, el que tiene más presupuesto, más patrocinadores y supuestamente el más importante, cada año por el motivo que usted quiera, siempre termine dando tumbos.

INTERMEDIO

El premio del jurado a la mejor película de la categoría Largometraje Iberoamericano de Ficción del 21 Festival Internacional de Cine en Guadalajara -dotado con una bolsa de 50 mil dólares-, correspondió a la coproducción de Argentina, Uruguay, Francia y Alemania, “El custodio”, de Rodrigo Moreno, y para la cinta brasileña “Cinema, aspirinas e Urubus”, de Marcelo Gomes, dos producciones “muy diferentes que, por lo mismo, ilustran el amplio espectro de la cinematografía iberoamericana” (palabras del jurado).

“El custodio” también ganó por mejor guión, y recibió el premio Fipresci por opera prima.

El premio de mejor director en Largometraje Iberoamericano de Ficción fue para Isabel Coixet, por la película “La vida secreta de las palabras”. Se otorgó mención especial a “Madeinusa”, de Claudia Llosa, en esta categoría.

Como mejor actriz en Largometraje de Ficción fueron reconocidas Fernanda Montenegro y Fernanda Torres, por la película “Casa de arena”.

El mejor actor en ese rubro fue Joao Miguel, por “Cinema, aspirinas e Urubus”.

También se dio, por unanimidad, el premio de 10 mil dólares por Largometraje Iberoamericano Documental a “En el hoyo”, de Juan Carlos Rulfo.

En el área de Largometraje Mexicano de Ficción, con una bolsa de 100 mil pesos, por mejor opera prima mexicana, se reconoció la producción “Más que a nada en el mundo”, de los directores Andrés León Becker y Javier Solar.

Con 15 mil dólares se distinguió como mejor director a Javier Patrón, por “Fuera del cielo”.

La mejor película de Largometraje Mexicano de Ficción fue “La niña en la piedra”, de Maryse Sistach y José Buil.

En Largometraje Iberoamericano de Ficción, por mejor fotografía, se reconoció el trabajo de Willi Behnisch, por la película “4 mujeres descalzas”.

La mejor opera prima de Largometraje Iberoamericano de Ficción fue para “Lo más bonito y mis mejores años”, de Martín Boulocq, quien recibió 10 mil dólares.

El mejor cortometraje iberoamericano correspondió a la producción española “Sarean”, de Asier Altuna, “por presentar el drama de la migración de manera compleja y contundente”. Se le dieron 7 mil dólares.

El mejor cortometraje mexicano fue “La leche y el agua”, de Celso García.

OBSESIONES EN CORTO

El presidente del patronato del festival, Raúl Padilla, expresó que el balance “es favorable” Dijo que en total se exhibieron 177 largometrajes, que equivalen a 64 por ciento más que en la edición anterior, además de 93 cortometrajes. Hubo 60 mil espectadores (¿en donde? ¿En el Estadio Jalisco, durante el partido de las Chivas? Porque las salas del cinépolis Centro Magno son pequeñitas) en las 15 secciones, cuyas películas se proyectaron en 12 salas. La bolsa de premios ascendió a 480 mil dólares. Asistieron 570 invitados especiales y 250 internacionales (de los cuales la prensa, gracias a la estupenda organización, apenas pudo medio entrevistar a cuatro o cinco de ellos). El presupuesto del festival fue de 17 millones 663 mil pesos, más 6 millones en especie por patrocinios (gran parte del ese presupuesto derrochado en fiestas). *** Jorge Sánchez Sosa, director general del festival, expresó que en el encuentro de Producción Cinematográfica fueron acreditadas 67 personas, quienes representaron a 12 países. El Premio Tornasol Films, que garantiza la participación de esta empresa en calidad de productora, fue para 18 cigarrillos y medio, de Marcelo Adrián Tolces Asrilevich, de Paraguay, dotado con 250 mil euros. El director de Guadalajara también informó que se presentaron siete fondos de financiamiento fílmico. Sin embargo, lamentó que "a los amigos de la prensa no se les haya insistido en que estuvieran presentes en el espacio digital, donde asistieron tres especialistas de primer nivel en el mundo: Meter Broderick, Yu Lik Wai y Sheila de la Verende. *** Gracias a Dios terminó la peor edición de los 21 años del festival. Cómo habrá estado el caos, que el festival no pudo alcanzar siquiera la mitad de la cobertura mediática de las ediciones del año pasado de Expresión en Corto y del MoreliaFilm Fest. Allá ellos. *

Correspondencia con esta inútil columna:

codigocine@yahoo.com




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