Apocalypto



El filme no retrata ni de lejos, el esplendor que vivió un pueblo que habitó la geografía actual de varios países centroamericanos.

No es su intención.

Usa a los mayas como inspiración para hablar del ocaso de una cultura.

Si nos apegamos a los hechos históricos, fue hacia el final de la civilización maya que estos se convirtieron en guerreros, especialmente influenciados por el pueblo totonaca que invadió y a la vez fusionó dos culturas.

Toda la belleza arquitectónica, espiritual e intelectual que conocemos de la cultura maya se desarrolló mucho tiempo atrás.

Por esto mismo, es inevitable que muchos se dejen llevar por la “controversia”.

¿Quién tiene la razón, los descendientes de los mayas que dicen que la película distorsiona su cultura, o el director quien asume que no lo hace?

El mismo director, se encargó de aclararnos que su película no era una historia fiel sobre los mayas.


© 20th Century Fox

En “Apocalypto”, una vez más, su realizador insiste en el tema de los abusos colonialistas y en la tormentosa relación de las pequeñas comunidades con los imperios en los que se ven absorbidas.

En esta ocasión, sus críticas no se dirigen hacia el Imperio Británico, como en “Corazón Valiente”, ni hacia el Imperio Romano, como en “La Pasión de Cristo”; ni siquiera hacia los imperios de Occidente, porque la película acaba justo con la llegada de los españoles a las costas mexicanas.

Esta vez su venenosa mirada se dirige hacia un imaginario Imperio Maya durante su época de mayor decadencia, poco antes de la llegada de los conquistadores europeos.

La cinta narra la historia de el cazador Garra de Jaguar (Rudy Youngblood) viviendo con su esposa Siete (Dalia Hernández) y su hijo Tortugas que Corren (Carlos Emilio Baez) en una pequeña comunidad ubicada en la frondosa jungla tropical.


© 20th Century Fox

Pero un día llegan los feroces guerreros mayas en busca de botín y sacrificios humanos, por lo que Garra de Jaguar se apresura a ocultar a su familia en un pozo vacío.

Sin embargo, el cazador es atrapado y hecho esclavo, por lo que deberá liberarse y evadir a sus violentos captores si quiere salvar a su familia, que está atrapada en el pozo, amenazada por animales, hambre y la cada vez mas latente posibilidad de que la lluvia lentamente vaya inundando su mortal guarida.

“Apocalyto” no tendría que reducirse, únicamente, a una odisea de acción y aventura que aparece tintada por elementos de terror y acompañada de un emotivo drama familiar.

Aunque no es poco, trasciende su realismo para transformarse en una libre parábola acerca de una civilización que se resquebraja desde dentro y que podría ser aplicada en otros contextos temporales y a otras sociedades.


© 20th Century Fox

Además, se refuerza a través de aspectos místicos, convirtiendo a la comunidad en un

Edén profanado y a su protagonista en algo próximo a una entidad mítica, a un salvador apoyado en la maldición del jaguar; y de esa forma veremos cómo sus enemigos, tratados como malvados absolutos, sienten la amenaza de algo superior.

Pero dejando de lado las lecturas que pueda proponer, lo cierto es que, en términos formales, estamos ante una abrumadora y excitante película que se revela como una montaña rusa de emociones que se filtran para no permitir la indiferencia del respetable.

La energía de su director dota a las imágenes de una fuerza considerable y hasta su recreación en la estética de la violencia funciona para llevar a cabo sus propósitos.


© 20th Century Fox

De espectacular puesta en escena y desarrollada con un pulso narrativo firme y, en ocasiones, endiablado, “Apocalypto” es una descarga de adrenalina incontenible que exprime las posibilidades de lo visual.

A Gibson se le ha tachado de reaccionario, fanático religioso, pero también es un tradicionalista en el mejor sentido de la palabra: uno que desprecia la autoridad y la civilización cuando faltan a su principal objetivo, y no solo entorpecen el desarrollo del hombre, sino que le aniquilan.

El apocalipsis del título puede aplicarse al pasado y la película no pierde, pese a su remoto enclave en el tiempo, su valor como metáfora y aviso para tiempos presentes y tiempos futuros.

Nadie puede escapar a su destino, y Gibson apunta muy claro con el dedo a las castas sacerdotales y la aristocracia, capaces de volcar en su provecho ese eclipse de sol que sus antepasados podrían haber comprendido mejor y que ellos, en beneficio propio, han olvidado y tergiversado.


© 20th Century Fox

Gibson no ha dirigido un documental que se ajuste a la realidad ni ha querido retratar la civilización maya con amplitud y exactitud.

Es una película, es ficción, y por ello hace uso de lo que más le interesa para hacer posible su particular propuesta.

Claro que hay muchos anacronismos, claro que mezcla épocas, claro que hay exageraciones, pero no creemos que el director pretenda describir a una civilización en concreto.

Digamos que los mayas son un vehículo para hablar del declive (que comienza desde dentro) de todas las civilizaciones (a grosso modo), de la espiral de violencia arraigada en cada uno de nosotros.


© 20th Century Fox

Entendemos que pueda molestar la visión limitada de este director tan polémico, pero estamos hablando de una obra de ficción donde se toman muchas libertades que no tienen por qué corresponder necesariamente a la realidad.

En el caso de “Apocalypto”, sus detractores señalan que la imagen de una fascinante civilización con grandes adelantos científicos, arquitectónicos y astronómicos queda fuera como “inexistente” y se plasma en vez la brutalidad, el genocidio, y a una civilización sedienta de sangre y de nada más.

Para quienes han puesto el grito en el cielo ante semejante “distorsion de la realidad” no sé si aplicarán la misma vara de medir a todas las películas, porque de ser así se las llevarán entre las patas a casi todas, incluso las más “prestigiosas”.

Recuerden que hablamos de cine, recuerde que la “suspensión de la credulidad” es algo básico para el disfrute de una obra de ficción.


© 20th Century Fox

¿Quién dice que “Apocalypto” pretende plasmar con “realismo” una “realidad”? (valgan las redundancias).

Gibson, como se ha dicho, intenta conjugar imágenes impactantes con reflexión intelectual.

Es como si, igual que en “La Pasión”, necesitara zarandear al público, sacudirle con imágenes crueles, violentas, como medio directo para despertarle, obligarle a aguzar los sentidos. Es una apuesta complicada y discutible, pero no cabe duda de que es coherente y le sirve para lograr en buena medida sus objetivos.

Si alguien quiere conocer mas de cerca y con datos un poco mas fidedignos la historia de la cultura maya, la cual tuvo diferentes periodos de esplendor que duraron varios cientos de años, hay material disponible tanto en medios electrónicos (buenos documentales producidos por la National Geographic, Discovery Channel e incluso The History Channel), infinidad de libros, zonas arqueológicas y desde luego, el espectacular Museo Nacional de Antropología e Historia en la ciudad de México.

Antes de quejarnos, vergüenza debería de darnos el que sean los extranjeros quienes hagan películas inspiradas, basadas o ambientadas en tiempos de las antiguas culturas prehispánicas que habitaron Mesoamérica.

Nuestra Opinión: @@@@

Apocalypto
(Estados Unidos 2006)
Director: Mel Gibson
Guión: Mel Gibson, Farhad Safinia
Fotografía: Dean Semler
Música: James Horner
Con: Rudy Youngblood, Dalia Hernandez, Jonathan Brewer, Morris Birdyellowhead, Carlos Emilio Baez, Raoul Trujillo, Gerardo Taracena, Rodolfo Palacios
Duración: 139 minutos
Distribución en México: 20th Century Fox
Correspondencia: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta visionaria columna:

codigocine@yahoo.com





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Behind the scenes - Apocalypto



















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