El Perfume: Historia de un Asesino



Tuvieron que pasar más de 20 años para que este best seller pudiera ser filmado.

“El Perfume” ha llegado a las pantallas de cine no sólo aprovechando el enorme éxito de la novela, que desde que se editara en 1985 se ha mantenido como un bestseller permanente, aclamado por los lectores, sino que también se nos presenta como la mayor producción del cine europeo, con un presupuesto estimado de 50 millones de euros, 10 de los cuales fueron a los bolsillos de Patrick Süskind.

El escritor se había negado hasta la fecha a ceder los derechos de su novela más rentable, a pesar de que se habían interesado por ella directores de la talla de Ridley Scott, Martin Scorsese o Stanley Kubrick (quien aseguró que era una novela imposible de filmar).

Al final el ganador del premio fue el productor alemán Bernd Eichinger, quien llevaba intentando convencer al escritor desde 1986.

Eichinger contrató para dirigir la película a Tom Tykwer (Corre Lola corre, La princesa y el guerrero, Heaven).

Entre ambos se esforzaron por presentar un guión bien trabajado, que se mantiene fiel a la base del libro, pero que al mismo tiempo deja espacio a la imagen para aportar su propia interpretación de la historia, aunque ello suponga apartarse en algún momento de la letra, pero no del fondo de la obra de Süskind.


© Artecinema

“El Perfume: Historia de un Asesino” es un título largo pero precisamente descriptivo.

El protagonista es Jean-Baptiste Grenouille, un hombre dotado de un extraordinario olfato que le permite convertirse en un maestro de la mezcla de perfumes, aunque rara vez recibe crédito por sus creaciones.

Así, abstracto e insidioso retrata Tom Tykwer al enclenque Jean-Baptiste, un hombre no evolucionado, permanentemente dominado por su cerebro de reptil, inmune al sentimiento humano, sometido por su arma para conocer el mundo, el olfato.

Grenouille es un ser despreciado por el mundo que, como la criatura de Mary Shelley se convierte en despreciable.


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Nadie le mostrara jamás la mas mínima prueba de cariño, quizás por poseer una característica excepcional que lo diferencia de sus semejantes: y es que el, el ser que es capaz de percibir todos los olores, es un hombre sin olor.

Por ello su vida oscilara entre el ocultamiento de su anomalía y el deseo de dominar a sus semejantes, lo que le llevara a buscar el perfume perfecto, aquel que le permita someter a los que le desprecian.

Su auténtica obsesión no es crear fugaces esencias para vanidad de mujeres y aristócratas, sino capturar el genuino aroma de las personas, y no se detendrá ante nada para lograrlo.

Si algo destaca en la cinta es la impecable factura artística y la riqueza de sus imágenes, y es que en pantalla se aprecia hasta el último centavo de su costo.


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No se ha escatimado ni un solo euro en la recreación de la Francia del XVIII, ni mucho menos en la encomiable labor técnica que enriquece la película hasta cotas cercanas a la perfección.

Se recrea con tino la suciedad de las calles de ese París muy poblado, por cuyas calles deambulan carruajes de gente adinerada, sorteando mendigos y excrementos, donde los olores de los nardos se entremezclan con los desperdicios de los pescados y la carne putrefacta.

La fotografía plasma con tonos tenebristas esa época oscura, sucia y convulsa que vive la ciudad, en contraste con la luminosidad y estallido colorista que tiene lugar en las escenas rodadas en el campo, donde es posible respirar aire limpio, o incluso no captar ningún aroma cuando Jean-Baptiste en plan anacoreta pasa unos días en una cueva, en la cual encontrará por vez primera el sosiego vital, pues ningún olor perturba su ánimo y su olfato, y por ende todo él puede descansar serenamente sobre la fría piedra.

El vestuario, el maquillaje y la dirección artística brillan con luz propia en cada uno de los planos y sumergen al espectador en la miseria de una época que le es ajena pero que le imbuirá desde el primer minuto de metraje.

Otra cosa es el trabajo actoral.


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Si bien los actores secundarios aportan contención y madurez, la tarea de los dos actores más jóvenes, Ben Whishaw y Rachel Hurd-Wood, es algo más irregular.

Cabe señalar que es en la caracterización de Grenouille donde la película difiere más de la novela, pues en ésta era descrito como físicamente horrendo, mientras que Tykwer ha decidido, quién sabe si sabiamente, presentarlo como un ser físicamente agradable de aspecto perturbado.

Puede que este factor haya influido en la difícil labor de Whishaw, que aunque desafina levemente cuando destaca la discapacidad de su personaje, mejora en la segunda parte de la película.


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Salvo esos detalles, la película es tan valiente como atrevida, esta resuelta con elegancia y estilo y un profundo sentido poético en los momentos en los que la dureza de lo narrado y su consecuente trascripción en imágenes, podían volverse contra ella.

Es valiente porque aborda tabúes como el canibalismo y se burla con desparpajo de sacras instituciones, atrevida por que apuesta por una puesta en escena y por una construcción de secuencias acorde a su carácter casi surrealista, casi fantástico

Ejemplo de ello son el prologo y el epilogo, el nacimiento y la muerte del protagonista (estamos ante una estructura de historia muy clásica), estremecedoras por su intensidad visual y su emotividad o la de su primer involuntario asesinato, rodado con tremenda sensualidad y sentido estético, que como en la novela original, son capaces de hacernos oler.

Una película hecha a contracorriente que, a pesar de su carácter de superproducción europea planeada para conjugar taquilla y entretenimiento, no olvida su carácter de obra artística y ofrece a los espectadores un espectáculo para la inteligencia y los sentidos.

Nuestra Opinión: @@@@

El Perfume: Historia de un Asesino
(Perfume: The story of a murderer, Alemania-Francia-España 2006)
Director: Tom Tykwer
Guión: Andrew Birkin, Bernd Eichinger y Tom Tykwer; basado en la novela de Patrick Süskind
Música: Tom Tykwer, Reinhold Heil y Johnny Klimek
Fotografía: Frank Griebe
Con: Ben Whishaw, Alan Rickman, Rachel Hurd-Wood, Dustin Hoffman, Simon Chandler, John Hurt
Duración: 147 minutos
Distribución en México: Artecinema
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra

Correspondencia con esta aromática columna:

codigocine@yahoo.com



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