Piratas del Caribe: En el fin del mundo



Para bien o para mal, estamos ante el punto final de la trilogía. No dudamos que en años venideros se retome la idea, aunque la historia vaya por otros derroteros, bien sea una precuela o simplemente la siguiente búsqueda anunciada en la misma cinta.

El espectador tendrá su propio veredicto, a continuación, damos el nuestro.

“La maldicion del Perla Negra” era una de esas películas con espíritu juguetón, ligera, llena de aventuras, luminosa, cómica y romántica.

En “El cofre del hombre muerto” algunas de las virtudes del original aparecían, pero nos daba la impresión de que estábamos a medio centímetro del desastre.

“Piratas del Caribe: En el fin del mundo” quizá no sea mejor que la primera, pero sin duda supera con creces a la segunda.

Gore Verbinski (director) y Jerry Bruckheimer (productor), convierten lo que a mil leguas parece una pura excusa comercial en una alegría para el aficionado al cine de palomitas y espectáculo por la vía de la fantasía -esta vez más desbordada que nunca-, teniendo como recurso a un guión planteado como un juego de muñecas rusas: siempre hay una última sorpresa bajo la manga capaz de mantener viva la curiosidad del espectador cómplice de este tipo de ficción.

En una última (y épica) escena de “El Cofre del Hombre Muerto”, vimos como Jack Sparrow se lanzaba a las fauces del Kraken, y como sus amigos, conocidos e incluso antiguos enemigos aunaban fuerzas para sacarle del mundo de los muertos.


© Buena Vista International

Claro que para ello debían acudir hasta el fin del mundo, según los mágicos consejos de Tia Dalma (Naomie Harris), una misteriosa mujer, bruja y hechicera, que todos parecían temer.

Sin dudarlo, y capitaneados por el viejo enemigo y antagonista en la primera cinta, el capitán Barbossa (Geoffrey Rush), la antigua tripulación de Jack Sparrow, incluyendo a Bill Turner (Orlando Bloom) y la encantadora y culpable de la muerte de Jack, Elizabeth Swann (Keira Knightley) se lanzaron a una aventura que prometía ser épica.

Y, desde luego, lo es.

Con el afán de rescatar a Jack Sparrow de la “bodega de Davy Jones”, donde aguardan los muertos que han fallecido en alta mar, todos se lanzan a una gigantesca misión que les conduce hasta donde nadie ha llegado.


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Pero no todos tienen las mismas intenciones con Jack, ya que éste parece ser necesario para amigos y enemigos por distintos motivos; además, el Holandés Errante y Davy Jones (Bill Nighy) están en manos de la Compañía de las Indias, la cual se está encargando, poco a poco, de eliminar a todos los piratas de los 7 mares.

Es una época difícil, donde los tiempos están cambiando y todos los corsarios y hombres que pretenden navegar libres por el mar, deben unirse para evitar su extinción.

En esta tercera entrega, el elenco de personajes aumenta considerablemente. Además, se vuelve más exótico: aparecen piratas chinos y el temido Sao Feng, temido capitán pirata, conocido por su crueldad, pragmatismo y odio a Jack – el que, como siempre, se busca enemigos en todas partes-.


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Pero no solo se vuelve un elenco y unos escenarios más exóticos (los protagonistas pasan, por ejemplo, por Singapur), si no que en esta cinta aparecen personajes de la primera parte y multitud de piratas de todos los confines del mundo, incluyendo al Guardián del Código, interpretado por el mítico guitarrista de los Rolling Stones, Keith Richards.

“Piratas del Caribe: En el fin del mundo” es una cinta totalmente coral, donde los acontecimientos se van dividiendo hasta que nos encontramos con más de diez historias paralelas, casi una por cada personaje principal.

Venganza, orgullo, promesas (la de Turner con su padre, al que pretende liberar), constantes traiciones, incluso personajes curiosos relacionados con el pasado personal de Jack; todo se entremezcla en la película más espectacular de la trilogía, pero no la mejor.

Desde ya, el guión de Ted Elliott y Terry Rossio vuelve a cerrar con un epílogo abierto. Sin embargo, esta vez no quedan tantos hilos sueltos y los espectadores podemos despedirnos de algunos personajes y de sus cuentas antes pendientes, ahora saldadas.


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Con una historia más consistente, Gore Verbinski puede explotar mejor los recursos que ya garantizaron el éxito de taquilla: una puesta en escena cuidada al detalle, unos efectos especiales bien aplicados, una combinación equilibrada de acción, humor y suspenso, y el absoluto compromiso de los actores con la misión de entretenimiento.

Si uno piensa en términos de personajes es evidente que la trilogía (hasta el momento) de los Piratas del Caribe sólo tiene a tres de ellos que son verdaderamente interesantes y que llevan en sus hombros todo el peso del proyecto.

Uno es, obviamente, el capitán Jack Sparrow. Sin él, el éxito de la saga evidentemente no sería el mismo.

Personaje antológico que ya nació clásico, el canalla, entrañable y sin par capitán Jack Sparrow, genialmente interpretado por un Johnny Depp, en estado de gracia.

Brillante, excéntrico y con delirios, pierde algo de protagonismo en favor de la parejita de tórtolos (para desgracia del espectador).

El segundo y el tercero son, respectivamente, el capitán Barbossa (Geoffrey Rush) y el híbrido crustáceo Davy Jones (Bill Nighy), pues la dualidad héroe-villano es la que le pone el condimento y especies a estos platillos de entretenimiento.


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Con todas las virtudes enumeradas con anterioridad, la aventura, a estas alturas, está algo apagada.

Es difícil de entender que un enemigo tan formidable como el Kraken haya sido borrado de un plumazo. Lo menos que se puede decir es que se esperaba más de un monstruo de los siete mares.

Es también decepcionante que Davy Jones padezca problemas amorosos y su tragedia sea la de un hombre engañado. Un engendro tan espectacular merecía otra suerte.

Además, el nuevo personaje a bordo, el capitán Sao Feng (Yun-Fat Chow), es una figura prescindible y su presencia, ornamental.

Lo sustantivo es que la saga “Piratas del Caribe” se resiste a terminar, porque confían en seguir adelante y por eso los cabos sueltos, las incongruencias, las ideas añejas y las historias mal contadas son datos menores. Lo que importa es el final abierto, multipropósito y la cosa es que siga el negocio. En principio y de acuerdo con lo prometido, esta película era el final de una trilogía. En los hechos y en las ganas está en la mitad de algo.

Una película impecable a nivel técnico, floja en cuanto a guión y un poco desproporcionada en lo que respecta a su duración. En general, entretetenida y palomera, cual debe ser.

Como ya es costumbre en la saga, hay una escena extra, la cual será ignorada por la falta de cultura cinematográfica de la mayoría del público que sale disparado de su butaca en cuanto aparece la secuencia de créditos.

Nuestra Opinión: @@@

Piratas del Caribe: En el fin del mundo
(Pirates of the Caribbean: At World's End, Estados Unidos 2007)
Director: Gore Verbinski
Guión: Ted Elliot y Ferry Rossio basado en los personajes creados por Ted Elliott, Terry Rossio, Stuart Beattie y Jay Wolpert
Fotografía: Dariusz Wolski
Música: Hans Zimmer
Con Johnny Depp, Orlando Bloom, Keira Knightley, Geoffrey Rush, Bill Nighy, Chow Yun Fat, Stellan Skarsgård, Jack Davenport, Naomie Harris, Tom Hollander, Jonathan Pryce
Duración: 168 minutos
Distribución en México: Buena Vista International
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra






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Correspondencia con esta aventurera columna:

codigocine@yahoo.com
















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