Alatriste



Ha sido la mayor producción de la historia del cine español, la más costosa, la más publicitada, la que mayor expectación ha despertado, y seguramente la que más dinero obtenga en la taquilla.

Arturo Pérez-Reverte creó a este personaje según la huella dejada por otros, como Dumas, por ejemplo.

Su saga, ahora en la sexta entrega, despierta interés y tiene el encanto de un relato nuevo de estilo retro.

Por ser una pluma maestra vale la pena leer su recreación de la España del Siglo de Oro, “cuando el imperio de Felipe II era tan extenso como para estar siempre iluminado por el Sol”.

La historia es simple y cuenta casi de manera biográfica la vida de Diego Alatriste y Tenorio (Viggo Mortensen), autonombrado capitán de los temibles Tercios de Flandes españoles y mercenario.

A lo largo del filme se desarrollan su vida, dos romances, el inicio de la decadencia del imperio, la guerra de Flandes, la corrupción de la corte liderada por el Conde-Duque de Olivares (Javier Cámara) o el ambiente de las tabernas en donde bebían y platicaban personajes del rango de un Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas (Juan Echanove).

También se aprecian el peso y el temor inspirados por la Santa Inquisición, así como la situación, bastante realista, de la mujer de aquella época.


© 20th Century Fox

Resulta ser un calidoscopio hilado, a veces en forma débil, por la vida del personaje, adornada con encuentros propios del género de capa y espada.

“Alatriste” es una película interesante pero esencialmente fallida, por su escaso vuelo épico, por sus muchos desequilibrios, y por un reparto que, en términos generales, no está a la altura de las circunstancias.

El guión es el punto más débil de “Alatriste”.

Si ya era arriesgada la decisión de comprimir en 147 minutos los cinco libros enteros de la saga de Arturo Pérez-Reverte, el colmo llega cuando malgastan el metraje en inventarse episodios que no aparecen en los libros.


© 20th Century Fox

Podemos discutir las horas sobre las razones que han llevado a un guionista de prestigio, como Agustín Díaz Yanes, a ejecutar un relato tan poco sólido, tan inconsistente y endeble.

Se ha hablado de un deseo de impedir la posible segmentación de la historia mediante el recurso a la condensación de las cinco novelas en una única película, pero ya vimos con “Master and Commander”, que es posible abarcar un universo literario gigantesco con resultados mucho más satisfactorios.

Demasiada densidad para ser condensada en dos horas largas de metraje. Dos horas largas de metraje.

Es una película que muestra muy serios problemas de ritmo y de ilación de los episodios, que no establece las mínimas relaciones entre los personajes para que éstos resulten creíbles.


© 20th Century Fox

De otro modo, resulta inexplicable la dispersión del argumento en multitud de subtramas y personajes inconexos, las violentas elipsis (si es que son tales) y la amplitud del tiempo interno (veinticinco años, según creo), circunstancia esta última que resulta problemática porque apenas si se ve reflejada en rasgos creíbles de evolución física y de personalidad de los protagonistas (si se me permite la hipérbole, se podría decir que Alatriste no se cambia de ropa a lo largo de todo el metraje).

Salvo ese molesto detalle de tener un guión infame, técnicamente la cinta es sobresaliente.

Toda la película se caracteriza, además, por un gusto indudable en el manejo de la luz y del cromatismo, con un propósito deliberado de otorgar a la historia un tono apagado, mortecino, pero al mismo tiempo intenso, capaz de reflejar los agudos contraluces y las contorsiones propios del Barroco español.

Por otra parte, las escenas de interiores (tabernas, aposentos, palacios, teatros) constituyen en muchos casos auténticos cuadros vivientes, que revelan el cuidado por la ambientación y la fidelidad a la realidad histórica que caracterizan al diseño de producción.


© 20th Century Fox

Gracias a ello se logra transmitir todo el espíritu de un período de decadencia económica a través de una pobreza que se respira en cada uno de los poros de cada calle, de cada individuo que las habita.

Suciedad, polvo, sangre, sudor que conforman un clima opresivo, un ambiente de oscuridad que todo lo empaña. Junto a este panorama triste y gris, pintado en claroscuros, la opulencia e hipocresía de las clases dirigentes y de la monarquía, únicamente interesados en engrosar el arca de sus riquezas, en acumular amantes y adquirir poder a toda costa.

Una denigración moral que se extiende como un mal a través de una sociedad oprimida y vejada que tiene que apelar a los peores actos si quiere sobrevivir en medio de una cloaca de miseria, miedo y corrupción.

Alatriste se convierte así en un retrato simbólico acerca de la superación de las adversidades en tiempos difíciles en los que se han perdido todos los valores y en los que tan solo queda la resignación.

Por eso, la figura de Alatriste se ve perfilada con ese matiz de héroe más allá del valor, más allá de bien y del mal y que ha de regirse por su propio código de conducta, aquél que nace de su honor y su dignidad.

Un buen pretexto para acercarse a la saga creada por Pérez-Reverte.

Nuestra Opinión: @@@

Alatriste
(España-Francia-Estados Unidos 2006)
Director: Agustín Díaz Yanes
Guión: Agustín Díaz Yanes, basado en la serie de novelas de Arturo Pérez-Reverte Las aventuras del capitán Alatriste
Fotografía: Paco Femenía
Música: Roque Baños
Con: Viggo Mortensen, Unax Ugalde, Ariadna Gil, Elena Anaya, Eduardo Noriega, Javier Cámara, Juan Echanove, Enrico Lo Verso, Blanca Portillo, Eduard Fernández, Francesc Garrido, Pilar López de Ayala
Duración: 147 minutos
Distribución en México: 20th Century Fox
Clasificación: @ Insoportable, @@ Regular, @@@ Buena, @@@@ Obra Maestra




Trailer Alatriste














Correspondencia con esta aventurera columna:

codigocine@yahoo.com
















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